Fundado en 1983, Santos Laguna logró el ascenso a Primera División en 1988, cuando compró los derechos en Primera División de los Ángeles de Puebla. Después de algunos años en que los problemas del descenso eran los más perceptibles, Grupo Modelo se hizo del equipo y ahí comenzó el repunte de los ahora llamados Guerreros.

Así, Santos ha logrado llegar a nueve finales en la Liga mexicana, de las cuales, ha ganado cuatro, la más reciente, en el pasado Torneo Clausura 2012.

Benjamín Galindo llegó al equipo a mediados del Apertura 2011, en sustitución de Diego Cocca. Ese torneo llegó a la final que perdió ante los Tigres.

En el Clausura 2012 vino su revancha. Un Maestro reivindicado, que había dejado atrás los malos momentos vividos en Cruz Azul, armó un equipo compacto, que hizo cera y pabilo de los rivales.

Santos fue el mejor del Clausura 2012. Fue el equipo que más partidos ganó; fue quien más goles marcó; fue el que más puntos realizó. Sí, los laguneros rompieron la supuesta “maldición del superlíder”, coronándose al realizar una estupenda Liguilla.

En cuartos de final, el cuadro verdiblanco pasó sobre Jaguares con un marcador global de 6-4. En la ida, jugada en Chiapas, hubo una feria de goles, pero los norteños salieron avantes al ganar 3-4. En la vuelta, sólo refrendaron al salir airosos por 2-1.

Llegaron las semifinales y la revancha directa contra el equipo que les quitó el título en el torneo anterior: los Tigres de Ricardo El Tuca Ferretti.

Fueron dos duelos muy cerrados. En el primer juego, disputado en El Volcán, se empató a un gol; en el segundo, el empate fue a dos goles. La posición en la tabla jugó a favor de los albiverdes, y jugó bien.

Llegó la hora de la verdad, la gran final contra el número dos de la tabla: los Rayados de Monterrey, conducidos por El Rey Midas, Víctor Manuel Vucetich.

Todos los momios apuntaban a favor de Vucetich, quien nunca había perdido una final, mientras que el Santos no ganaba una final desde 2008.

En el juego de ida, un polémico penalti en el último minuto anotado por Humberto Suazo, le dio el empate a un gol a Rayados. Oswaldo Sánchez dijo al final de ese juego: “No importa lo que haya pasado, en Torreón vamos a ganar”.

Y lo cumplió.

En la vuelta, todo se pintó de verde. Daniel Ludueña al inicio del juego dio ventaja y en el segundo tiempo, el hombre del torneo, Oribe Peralta metió el definitivo.

Aldo de Nigris hizo el de la honra para los Rayados.

Llegó el silbatazo final y Santos alzó la copa. Aquel equipo fundado en 1983 y que para subir al cielo compró a los Ángeles, volvieron a lo más alto del firmamento futbolístico.

Con tan sólo año y medio en el máximo circuito,  Xoloitzcuintles de Tijuana logró su primer título

Fundado en 2007, más que nada por necesidad administrativa, que deportiva, el Tijuana, Xoloitzcuintles de Caliente, ha ascendido rápidamente al candelero del futbol mexicano.
El Tijuana fue creado por la exigencia de la Federación Mexicana de Futbol de que todos los equipos de Primera División tuvieran una filial en la llamada entonces Primera A.


Ese equipo pasó a Celaya y descendió a Segunda División, fue entonces cuando el Grupo Caliente compró la franquicia de los Guerreros de Tabasco para llevar el futbol del ascenso a la zona fronteriza, mas no por mucho tiempo, ya que en el Clausura 2011, lograron llegar a la Primera División.


Llegó el Apertura 2011, y Joaquín del Olmo fue relevado por Antonio Mohamed. Aquel jugador gordito, pero con mucho talento que regó clase en México en los 90, y que como técnico había tenido una mala experiencia en México con el Morelia, no así en su natal Argentina, donde había hecho campeón de la Copa Sudamericana al Independiente.


El Turco Mohamed llegó a Tijuana y las cosas comenzaron a cambiar. Los jugadores se volvieron un equipo y el equipo se transformó en una ciudad que dañada por la violencia extrema, estaba hambrienta de festejar triunfos, en vez de llorar las tragedias con las que cada mañana despertaban, con las circunstancias con las que cada día tenían que vivir.
Para el Apertura 2012, Mohamed armó un equipo compacto, que tenía como premisa no recibir gol y que basaba su ataque en jugadas de táctica fija, en el talento de Fernando Arce y el desborde y contundencia de Duvier Riascos.


En el torneo regular, los Xolos terminaron en el segundo lugar de la competencia, con 34 unidades; mismas que el líder general, el Toluca, sólo que la diferencia de goles favoreció a los Diablos Rojos.


Llegó la Liguilla.


En cuartos de final se cobraron la eliminación de Monterrey en el torneo pasado y los echaron con un global de 2-1.  
En las semifinales se vieron las caras los dos equipos sensación del torneo: León y Tijuana. En la ida, los Esmeraldas sacaron dos goles de ventaja, parecía que todo terminaría, pero en la vuelta, la leyenda de los Xolos comenzó a forjarse. Tres goles sin respuesta fueron suficientes para encaramarse a la gran final.
Llegó la serie decisiva en contra del número uno del torneo, el Toluca, el Diablo revivido por el profesor Enrique Ojitos Meza.
Fue en casa de los Choriceros donde se definió todo. Los Xolos habían salido del primer juego con ventaja de 2-1 y en la vuelta refrendaron el campeonmato con un claro 0-2.
Así, los de Tijuana, en apenas cinco años de fundación lograron afianzarse en la Primera División y hoy, su mordida es letal.

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