Tal vez si Madison Bumgarner no se hubiera comportado como un jugador de Salón de la Fama en la Serie Mundial de 2014, este resumen se trataría del bicampeonato de los Royals de Kansas City. Pero los hubiera no existen, pero sí el destino y éste quiso que los Royals cortaran una racha de 30 años sin campeonato jugando “beisbol smart” con pizca de suerte para derrotar a los Mets de Nueva York en cinco encuentros del ‘Clásico de Otoño’ y con ello vengar la derrota que sufrieron en 2014 a manos de Bumgarner y los Giants de San Francisco.

Uno de los principales encantos que tiene el beisbol es que nunca pasa lo que la gente cree que ocurrirá, a pesar de que sea un vaticinio de los expertos o de los apostadores, que no dieron como contendientes al inicio del año a los Royals.

Pero se equivocaron, la novena de Kansas City culminó con el mejor récord de la Liga Americana (95-67) y con el tercer rmejor porcentaje de bateo por equipo del joven circuito. El manager Ned Yost supo aprovechar todas las herramientas con las que contaba el conjunto bicampeón de la Liga Americana.

Lo hecho durante el calendario regular le redituó en su primer banderín de división desde su histórica temporada de 1985. El año pasado accedieron con uno de los dos boletos de comodín.

En la serie divisional se toparon con los Astros de Houston, el conjunto que les quiso arrancar el mote de ‘equipo del destino’, tras ponerse la zapatilla de cenicienta.

En aquel compromiso los Royals se sobrepusieron a un panorama apocalíptico que el propio gobernador de Texas, Rick Perry, se atrevió a tuitear en favor de los Astros.

Pero Kansas City derrotó con Johnny Cueto en la loma, que lució imperial. Si alguien se atreve a decir que el destino no estaba con Royals, que eche un vistazo a los box score de aquella serie o a la de la que tuvieron con los Blue Jays de Toronto a los que vencieron en seis juegos.

Durante la Serie Mundial, Salvador Pérez recibió varios golpes en su máscara, su cuello y dedos en batazos de foul, y el receptor venezolano de los Reales de Kansas City se mantuvo estoico ante cada uno de ellos, como si fuese un muñeco de pruebas. Y eso y su valía para guiar el pitcheo de los Royals le sirvió a Pérez para ser nombrado el Jugador Más Valioso de la Serie Mundial.

Con lo anterior, el conjunto de Kansas City ya no fue visto como uno de los más ‘adorables perdedores’, y en cambio se convirtió en un equipo de temer, pero lo más importnate, en campeón mundial.

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