SAN ANTONIO.— Saúl Canelo Álvarez levanta la voz. Señala que las acusaciones contra su persona las hacen por envidias y con la intención de desestabilizarlo.

El boxeador tapatío quiere tomarse las cosas con calma, después de que se diera conocer el miércoles sobre una solicitud de arresto en su contra por la presunta agresión que cometió contra el pugilista Ulises Archie Solís en octubre de 2011, pero es evidente su molestia.

“Estas cosas las hacen por temor, por envidia, más que nada por envidia, porque no les gusta ver que triunfe otra gente, y más si no está con ellos. Esa es la palabra, la envidia. Pero yo estoy tranquilo, porque, gracias a Dios, estoy bien”, arremete El Canelo en charla con un reducido grupo de periodistas hispanos.

A unos días de la pelea más complicada de su carrera, cuando enfrente a Austin Trout este sábado en el Alomodome de San Antonio, en duelo de campeones del mundo e invictos, se reveló que se intensifican los problemas legales de Saúl. Una situación que Álvarez tacha como un intento franco para desestabilizarlo.

“Así ha sido siempre con esas personas. Siempre, antes de una pelea, quieren desconcentrarme, pero yo no lo hago. Cuando alguien está en paz, no tienes nada que temer y sabes que no es cierto, no pasa nada. Simplemente es cuestión de medios. Donde tienes que estar bien, estás bien”, agrega el campeón superwelter del Consejo Mundial de Boxeo.

Intensa noche del miércoles. Desde México llegó la noticia de una solicitud de arresto. De inmediato, la gente de Golden Boy Promotions, por medio de su vicepresidente Eric Gómez, y su vocero Ramiro González, explicaron a EL UNIVERSAL que la pelea continuaría.

El boxeador de 22 años afirma que no contrademandará. Quiere estar “lo más lejos de problemas”. Afirma tener la conciencia tranquila. Incluso, confiesa estar acostumbrado a recibir críticas, una constante en su invicta carrera como pugilista. Su mejor forma de defenderse es con los hechos, arriba del ring.

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