GUADALAJARA.— Salen con la cabeza abajo, porque no se puede mirar más que el suelo, cuando se está justamente ahí. Chivas arrastra su prestigio, su rica historia, su tradición. Rehúyen a la palabra, porque no les gusta. Lo han hecho a lo largo de los últimos días. Pero hoy, los futbolistas rojiblancos no la pueden evitar. Crisis. Eso vive el Rebaño Sagrado, que ha sufrido este domingo su quinta derrota consecutiva, segunda en la Liga, en casa frente a Santos Laguna (0-1).

Cuatro tropiezos al hilo (dos en encuentros amistosos, uno de Liga y uno de Copa MX) son motivo suficiente, en un club de la grandeza del Guadalajara, para generar bastante presión.

El inicio luce prometedor, con un taconazo de Ángel Reyna que Israel Castro culmina con un disparo a las manos de Oswaldo Sánchez (2’) y un disparo más de Carlos Fierro que también es controlado por el arquero visitante (7’).

Ángel Reyna es un solista que hace esfuerzos, porque la orquesta funcione. No da resultado. Por eso, cuando decide disparar, en lugar de tocar hacia Fernando Arce, que le hace la pasada por un costado, al minuto 22’, lo único que consigue, además de un disparo desviado, es evidenciar la desesperación.

La más peligrosa de Chivas surge de la asociación. La única en la primera parte. Fernando Arce toca para Ángel Reyna, que ve adecuadamente la llegada de Omar Bravo. El capitán prolonga a la derecha para Carlos Fierro, quien se acomoda con el muslo para abrirse el espacio y disparar. Oswaldo se tiende y saca córner, al 41’. Abucheos despiden al Rebaño Sagrado cuando se va al descanso.

Para el complemento, obligado por la presión de sumar a como dé lugar, el Guadalajara prueba con el único recurso que ha dado resultado en el torneo: el tiro libre. Los únicos dos goles de Chivas en el Apertura 2014 fueron por esa vía. Fernando Arce acomoda la redonda. El disparo supera la barrera, pero jamás baja. Se va por encima del arco, al 75’. Eso tampoco sirve.

Y el duelo parece condenado a un insípido 0-0. Pero lo dicho: la presión del Guadalajara se refleja en la fragilidad de su defensa, que tiembla cada vez que ve aproximarse al Santos Laguna, aunque sea sin claridad. Siempre hay sensación de peligro, cuando el balón se acerca al área rojiblanca.

Un tiro de esquina a favor de Chivas termina en catástrofe. La pelota sale rechaza. Termina en pies de Darwin Quintero. Acelera las piernas. Carrera frenética, siempre con la pelota controlada. Jesús Sánchez es el único hombre que queda frente al atacante.

Chapo se entrega de forma ridícula. Quintero se lo quita sin problema alguno. Lo deja tendido sobre el césped. Encara al arquero Antonio Rodríguez. Con una finta lo saca de la jugada. Empuja al fondo. Gol de Santos, al 86’.

El silbatazo final acentúa la crisis. Quinta derrota al hilo del Guadalajara. Segunda en la Liga MX. Puebla está ya a sólo dos puntos del Rebaño Sagrado en la porcentual.

El descenso acecha al cuadro rojiblanco, que no tiene pies ni cabeza. El proyecto de Carlos Bustos, Rafael Puente y Juan Francisco Palencia, no funciona.

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