Oakmont.— Un año antes de que Jordan Spieth naciera, Phil Mickelson hizo su debut profesional en el US Open de 1992, en Pebble Beach, con una tarjeta competitiva de 68 golpes y estuvo a dos tiros de ser el líder. Al siguiente día, se apuntó 81 y no pasó el corte.

Todos esos años después, Mickelson sigue luchando por conseguir el Major que le falta y que espera conquistar esta vez.

Hoy cumplirá 46 años cuando el US Open regrese a Oakmont por novena ocasión, y tendrá la urgencia de hacerlo, porque nadie a tan avanzada edad lo ha conquistado, con excepción de Julius Boros, Jack Nicklaus y Old Tom Morris.

Para fortuna de Mickelson, sólo muestra su edad cuando tiene que ir a compromisos familiares, como la graduación de secundaria de su hija Sophia.

“Es importante para mí estar en esa clase de compromisos familiares”, comentó ayer Mickelson. “A los 46 años próximamente, son esta clase de detalles los que me diferencian de jugadores que están en sus 20. Pero estar con la familia es lo que mantiene con mucha vida para seguir vigente y poder estar en un Major”.

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