Revalorizado a partir del asombroso éxito rojo en el barrio de La Boca, el Toluca ha olvidado que arrastra horas sueño, que suma tres derrotas seguidas en la Liga y que hoy visitará al sublíder América, en el Estadio Azteca. La cura a todos estos males la adquirió en Buenos Aires, donde se graduó frente al inmortal Boca Juniors, en las barbas del Virrey Carlos Bianchi y, mejor aún, dentro de la Copa Libertadores 2013.

Los Diablos recuperaron la malicia y el poder que al parecer habían olvidado sus contrincantes, por lo que ahora están listos para ir en busca de una nueva sorpresa, frente a las Águilas, y bajo la batuta del inspirado Antonio Naelson Sinha.

Hasta antes del inesperado resultado en La Bombonera bonaerense, los pingos de Enrique Meza eran objeto de mofa. Ya nadie recordaba que —en la Liguilla pasada— habían eliminado al referido América en semifinales. Los tropiezos, en fila, a manos de Pumas, Pachuca y Tigres inspiraban extraños pronósticos que calculaban sendas golizas contra el prestigioso club argentino y, peor aún, ante las inspiradas aves de Miguel Herrera.

Hoy ni siquiera el día de respiro que les negó la directiva azulcrema parece ser una ventaja para las Águilas. Ya nadie se acuerda del baile que les endosó la tropa del Tuca Ricardo Ferretti, en el mismísimo infierno choricero, y la remembranza de glorias recientes juega en contra del americanismo, sin que numéricamente el ave amarilla pierda esa ineludible condición de favorito.

Después de todo, el campanazo toluqueño ni siquiera opaca el impactante inicio que han tenido los capitalinos en el certamen de Clausura 2013. Cinco victorias en seis compromisos, sin contar los tres triunfos azulcremas en la Copa y el cúmulo de goles y puntos que arroja la racha milloneta.

Habrá quien juzgue las ausencias de los suspendidos Aquivaldo Mosquera y Rubens Sambueza como un espaldarazo a la reacción mexiquense, pero la poderosa banca que refuerza a los cremas impide cualquier justificación. De ahí que El Topo Juan Carlos Valenzuela y El Hobbit Christian Bermúdez afilen armas en espera de otra oportunidad.

Aún mejor, el heroico éxito capitalino en Tijuana, frente al campeón Xoloitzcuintles, con apenas nueve jugadores en la cancha del estadio Caliente, recomienda cautela.

Se trata de un juego cargado de historia. Imposible olvidar el infernal dominio ejercido por los rojos en las cinco Liguillas disputadas entre ambos a partir de los torneos cortos (Verano 98, Invierno 2000, Clausura 2004, Bicentenario 2010 y Apertura 2012), todos conquistados por los Diablos. Como también es inevitable medir el subliderato azulcrema frente a la decimoquinta posición mexiquense: 15 puntos contra cinco y 10 títulos para cada uno. Signos de una rivalidad revalorizada en el barrio de La Boca.

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