Las Vegas.— En noviembre de 2002 en Sacramento, California, Óscar Chololo Larios noqueó en el primer asalto a Willie Jorrin para arrebatarle la corona gallo del Consejo Mundial de Boxeo, título que defendería en 10 ocasiones gracias a sus aptitudes y a las estrategias de José Chepo Reynoso.

Por esas fechas, mientras Reynoso celebraba su primer campeonato como entrenador, a 700 kilómetros, en Big Bear, el tijuanense Abel Sánchez construía casas en terrenos que compraba. Mantuvo al boxeo en el ropero hasta que con sus ganancias edificó un gimnasio con el que volvió a la luz pública.

Ahora, 15 años después, ambos manejadores se enfrentarán en una batalla de esquinas, con sus mejores “joyas” en el ensogado. Chepo en mancuerna con su hijo Eddy estará a la espalda de Saúl Álvarez, a la vez que Sánchez dará las instrucciones a Gennady Golovkin.

El pugilismo mexicano estará representado por estos entrenadores que creen que el pleito de mañana por la noche girará en torno a lo que el oponente permita hacer.

“Nosotros podemos diseñar una estrategia, pero al final de cuentas es el boxeador el que se presta o no a realizarla. Mucho es por lo que el otro peleador permita hacer, porque estoy seguro de que todos queremos que nuestro boxeador vaya hacia delante a ganar, pero por eso este deporte es casi una ciencia, porque hay que encontrar la fórmula para cada momento”, señalaron Chepo y Eddy Reynoso.

Padre e hijo tienen como fortaleza la conexión de trabajo de más de 14 años que mantienen con el Canelo. En este lapso, han logrado que con una mirada Saúl adopte una postura en el ring.

“Son muchos años de estar con él y claro que sabemos cuando está en su mejor momento en la pelea o está batallando. Pero esa es una situación que se da en cada combate”.

Si bien Abel Sánchez y GGG no han convivido tantos años como los de la esquina de enfrente, el programa de entrenamiento del tijuanense ha hecho que en seis años el kazajo presuma dominar el peso medio a nivel mundial.

“Conmigo los entrenamientos prácticamente son un trabajo normal. Mis peleadores permanecen conmigo 10 meses al año. Viven conmigo y están alejados de cualquier distracción”, apuntó.

Tanto es el tiempo que pasa Golovkin en Big Bear (sede del gimnasio), que hasta hace unas semanas el europeo compró su primer auto, ya que siempre se transporta en la camioneta de Sánchez.

El vehículo que adquirió el kazajo es una Land Rover seminueva que obtuvo en oferta.

Mientras Canelo y GGG tienen formas diferentes de gastar su dinero, los Reynoso y Sánchez mantienen la misma pasión por el boxeo que los ha hecho forjar a más de 15 campeones mundiales.

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