La formación de nuevos talentos de la lucha libre queretana es una de las grandes satisfacciones de Dragón de Oriente II, que ha obtenido a lo largo de 31 años de trayectoria.
—¿Qué le ha dejado como ser humano la lucha libre?, cuestiona EL UNIVERSAL QUERÉTARO.
—Conocer mucha gente, muchos compañeros, viajar por toda la República Mexicana, pero lo más importante es que me hice instructor a los 10 años de estar en la lucha y han salido luchadores buenísimos, como Rey Cometa, Soldado Diabólico, Dance Boy, Golden King, Atómico en sus inicios, por decir algunos.
Por las noches, en el Auditorio General Arteaga, Dragón de Oriente II recibe a sus pupilos para que sobre el cuadrilátero comiencen con los ejercicios de calentamiento y posteriormente las llaves, contra llaves, lances y caídas.
“Son ya 21 años dando clases, conociendo gente, nuevos valores y a los chamacos que batallan para conseguir su sueño. Es como una carrera de un abogado o un doctor, son años de preparación, lesiones, caídas, derrotas y de volverte a levantar”, aseguró.
—¿Qué lo motivó para dedicarse a la lucha libre?
—Mi madre siempre ha sido aficionada, siempre le gustaron las luchas y de chiquillos nos empezaban a llevar a las funciones, ya entre los 12 y los 14 años de edad conocí a un luchador, porque trabajaba con él y le pedí que me enseñara y me costó trabajo, antes no cualquiera te enseñaba a luchar, era mucho muy difícil que los luchadores de antaño te recibieran.
Como luchador, Dragón de Oriente II nace en San Luis Potosí, aunque antes de ser Dragón de Oriente su nombre era Furia Dorada. Comenzó en 1982 la carrera sobre el ring, luchando aproximadamente tres años como amateur antes de ser profesional, debut que logra a los 14.
—¿Se vive de la lucha libre en Querétaro?
—En Querétaro, lamentablemente no, como cuando empezaba mi carrera.