El silbante del juego entre México y Panamá fue el hondureño Óscar Moncada, quien tuvo un buen trabajo en términos generales.

El partido no le presentó mayores problemas ni él se los buscó, pues en realidad no existió ninguna jugada brava durante el encuentro.

Perdió la ocasión de lucirse, cuando aplicó la ley de la ventaja al 43’, tras una falta del panameño Armando Cooper, y una vez terminada la jugada, su error fue no mostrar la amarilla.

Cambió varias amonestaciones por regaños, al más puro estilo de los jueces centroamericanos. De hecho, dio la impresión de que se le olvidaron las tarjetas en Honduras, pues perdonó a Torres Nilo; sin embargo, eso no influyó en la conducción ni en el resultado del partido.

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