Pese a caracterizarse por la paridad o irregularidad de sus integrantes, la historia del futbol mexicana apenas está salpicada de proezas como la que los Pumas necesitan esta noche para cumplir el anhelo de bordar la octava estrella en su escudo, pero existe un antecedente que les inyecta vida.
La que protagonizan con los Tigres es la cuarta final en la historia de la hoy llamada Liga MX (66 totales) cuyo primer capítulo finaliza con un marcador de tres o más anotaciones de diferencia. De las anteriores, sólo el América (torneo Prode 1985) logró reponerse.
Sucumbió en la ida con el Tampico-Madero (1-4), pero una furibunda reacción (4-0 en la vuelta) le otorgó el título.
Historia que, paradójicamente, otorga esperanza a los futbolistas de Guillermo Vázquez.
“Sin duda, Pumas —con la gente que estará ahí apoyándolos [en el estadio Olímpico Universitario]— van a buscar remontar el marcador”, sentencia Gonzalo Farfán, miembro de aquellas históricas Águilas. “Será muy difícil, porque Tigres es un equipo que se para bien defensivamente y al ataque es letal, así es que será un partido interesante”.
En el que los locales necesitarán recortar distancia lo antes posible. Ironías del futbol: hace una semana, ellos tenían la misma ventaja ante el América, por lo que hoy conocerán el otro lado de la moneda.
“Pumas va a intentar, a toda costa, hacer que Tigres sufra lo que ellos sufrieron ante el América”, vaticina Carlos Miloc, entrenador de los regiomontanos que ganaron a los Pumas la final de la temporada 1977-78. “Tratarán de anotar un gol en los primeros 10 o 15 minutos. Eso es lo más lógico que puede pasar y Tigres, por su parte, tendrá que intentar hacer todo lo que Pumas no pudo ante el América”.
Como defenderse bien y no recibir una anotación en los minutos iniciales. Si lo logran, los Pumas no deben perder la batalla de los sentimientos, aconseja Farfán.
“Íbamos 0-0 en el primer tiempo. Hasta el final del segundo, metimos los tres goles”, recuerda. “Aquí, más que pasen los minutos y no anote, es no perder la paciencia”.
“Pumas tendrá tranquilidad para pensar, pero deberá ser rápido para decidir, además de que atrás no les hagan daño”.
Factores en los que han trabajado durante estos días, en los que lo más complicado ha sido recobrar el espíritu combativo.
“Hemos tenido que hablar y trabajar el aspecto anímico para que el equipo salga con todo el domingo y busquemos revertir el resultado”, comparte el goleador Eduardo Herrera, quien es respaldado por Matías Britos: “Ya hicimos el duelo y estamos listos para dar el 100% en el siguiente partido”.
Para tratar de emular a ese América de hace tres décadas, aunque sin olvidar que la Universidad de Guadalajara (temporada 1975-76) y el Querétaro (Clausura 2015) no pudieron hacerlo.
Pumas, ligeros favoritos. En distintas casas de apuestas, los auriazules dominan las tendencias para imponerse en el choque de hoy, aunque está bastante cerrado y ni siquiera alcanzan a dar una línea de dos a uno.
En promedio, el 40% de los apostadores consideran que los locales se impondrán en Ciudad Universitaria, por 34% de los norteños y sólo el 26% considera que el encuentro terminará empatado.