LEÓN.— Suenan y resuenan los tambores en la jungla esmeralda. La Fiera indomable muerde en la primera batalla de la final y deja herido al América, en su desesperado anhelo de alcanzar el bicampeonato. La garra del rey de la selva se incrementa ante el alarido de su prendida afición, que catapulta al León en la última noche de la temporada en el otrora Nou Camp. Pero será en el Azteca donde se resuelva la novela futbolera. La corona, pese a todo, está en el aire.

La potencia de una de sus figuras, El Gullit Carlos Peña, y la puntería de Mauro Boselli ayudan a marcar diferencia en la contienda. El trofeo coquetea en una y otra portería. La esperada batalla es de poder a poder...

El acoso de la bestia es feroz. Muerde en cada rincón del campo y aunque el domador azulcrema encara decidido el reto, en el conteo de acciones La Fiera es más peligosa. Arribos constantes que obligan a Moisés Muñoz a trabajar de más en los primeros 45 minutos.

Gustavo Matosas, estratega esmeralda, luce muy seguro. Tanto que el primer balón que le cae sobre la banda lo domina con el pecho, se lo pasa al hombro y lo deja muerto sobre la línea. Y cómo no, si su equipo trabaja a la perfección. Es una auténtica bestia hambrienta.

En esa ingeniería, el América batalla de inicio para salir y hacerse del balón, debido al descaro de los jugadores esmeraldas. Tanto que ya en cuatro minutos Burbano obliga a Moi Muñoz a un lance vital para mantener el cero. Pero sería por breve tiempo, ya que al registrar el reloj 10 minutos, Gullit Peña aprovecha el descontrol para lanzar un poderoso tiro desde la media luna que vence a Moi a su derecha.

El gol impone un festejo impactante en el inmueble esmeralda, lleno hasta las lámparas. Mas las Águilas no se atemorizan y logran ponerle cara al rival. Lo intenta Rey, a pase de Raúl, bajo la ingeniería de Rubens. Primer aviso en el área de William Yarbrough.

Mas la contienda crece en intensidad. Está en juego la corona y aquí nadie se achica. Por eso, la gente incomoda al Piojo Miguel Herrera con un intenso “¡fuera, fuera!”, cuando discute con el árbitro César Ramos. La explosión crece en la tribuna, tanto que la gente presiona al nazareno con el clásico “¡ra-te-ro, ra-te-ro!”, a partir de unas manos accidentales del Topo Valenzuela, al minuto 26.

Voraz, decidida a rescatar el empate, el ave encima con violencia en el complemento. Osvaldito lo intenta y encuentra el rechace salvador de Yarbrough. Raúl pretende la chilena y no logra conectar. Delira el inmueble ante el despertar azulcrema, que hasta entonces consigue adueñarse del balón y del encuentro.

Así, al 64’, la bestia se ve acorralada. Rubens Sambueza corre cual valiente domador, incursiona al área y se la pone a Rey, pero El Aris anticipa, salva y mantiene la mínima ventaja. Enseguida, Yarbrough bloquea, tapa y vuelve a bloquear aún ante los puntapiés de un desesperado Sambueza.

Pero la mordida letal llega vía Mauro Boselli. Al minuto 77, la hace en el contragolpe y pone el 2-0 para hacer más grande la herida en el aún monarca reinante.

La Fiera ha dado el primer golpe, pero todo se decidirá el domingo.

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