De 1.96 metros de estatura, Patton Kizzire llegó a la Riviera Maya inadvertido, lejos de los reflectores y sin público que lo anime, sólo su esposa Kari y su caddie Joe Etton. Ubicado en el sitio 236 del ranking del mundo, el oriundo de Alabama conquistó el OHL Classic en Mayakoba, su primer título en el PGA Tour. 

Después de su último putt, en el hoyo 18, Kizzire no supo cómo festejar. No levantó ambos brazos, no gritó y tampoco dejó su palo sobre el green. Se quitó la gorra y buscó a Joe para darle un fuerte apretón de manos. Era la primera vez que ganaba en la máxima categoría y nunca sintió tanta adrenalina en su cuerpo. El estadounidense superó hasta el final a Rickie Fowler, quien llegó como estrella y máximo favorito para llevarse el título de El Camaleón. 

Dos bogeys del californiano, en el 1 y el 5, provocaron la distancia con Kizzire a la mitad de la última ronda, ya que el campeón se mantuvo perfecto al cierre del certamen. Se jugaron dos jornadas ayer por la suspensión de actividades del viernes y sábado por tormenta. Los profesionales tuvieron que disputar 36 hoyos, estuvieron más de 10 horas sobre el campo; ninguno se mostró cansado. En la ronda matinal, Kizzire inició con bogey, que le afectó en lo psicológico por competir con Fowler, décimo en el ranking del PGA Tour y cuatro veces campeón dentro del circuito. Patton reajustó con siete birdies antes del mediodía y recuperó confianza, la misma con la que terminó el jueves al firmar -10.

La cuarta y última vuelta a los 18 hoyos estuvo sin error para Kizzire. No fue la mejor ronda en su carrera pero sí la más importante.

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