No hubo abucheos, tampoco aplausos a la llegada del equipo Sub-23 a la Ciudad de México.

Alguien preguntó, ¿quién llega? y al enterarse escupió un... “uuh, esos maletas”, pero esa misma persona al momento en que apareció Hirving Lozano, corrió para tomarse una foto con él.

El Tri Olímpico regresó sin la medalla que se ganó en 2012. Llegaron, dieron la cara y, aunque los pretextos no faltaron, al final, no pudieron negar que lo sucedido en Río de Janeiro fue un fracaso.

“Son momentos muy complicados los que estamos viviendo”, dijo Alfredo Talavera, portero del equipo nacional. “Lo que pasó en la Copa América y ahora esto, pero hay que levantar la cabeza”.

Decio de María aprovechó la atención que robaron los futbolistas y agarró camino, no se detuvo ante nada, urgido por salir del aeropuerto y encender un cigarrillo.

“Van a dar una conferencia“, dijo. “Saben que yo no hablo”.

El discurso de la mayoría de los seleccionados fue el mismo: “Nos faltó contundencia”, dijo un Hirving Lozano esquivo. Sólo Erick Torres cambió la sintonía: atinó a decir: “La gente en Federación y clubes deben trabajar en esto y ayudar a las Selecciones. En torneos internacionales iba el grupo a medias. El profe [Raúl Gutiérrez] no podía trabajar con el equipo al cien y eso es importante”, aunque otros lo quisieron minimizar.

El “Potro” abrió los brazos retador. No se siente derrotado, tampoco reclamó la espalda que le dieron los clubes con sus promesas al aire y exigió firmemente: “Dejen jugar a estos muchachos”.

“Estoy seguro que estos jugadores serán la base y cambiarán la cara del futbol mexicano, ya sea en Rusia [2018] o Qatar [2022]. Siento mucha tristeza por este fracaso, pero estos chavos son parte de un proceso, sí, llegaron a la graduación y se nos fue la luz, pero si hay oportunidad, darán de que hablar”.

“Estos jugadores vienen de un nivel que no tiene nada que ver con la Primera División, es competencia internacional, estos tipos deben ser aprovechados por los clubes, vienen de otro nivel de competencia, ojalá los puedan y quieran aprovechar”, dijo.

No quiso meterse en más polémica en la cuestión de apoyo directivo: “Siempre pienso que la parte deportiva es la más importante, no me puedo detener en los hubiera, porque no es sano para nadie”, atajó para rematar lo obvio: “No metimos goles y esta es la resultante. Debimos y debemos ser más efectivos en la cancha”.

El “Potro” se levantó y aclaró: “No voy a renunciar”, y se fue, no sin antes aclarar: “Me disculpo con los que apoyaron, los que no, no existen; esos mismos que hoy critican, aplauden y festejan los otros triunfos que hemos tenido”.

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