Poderosos, soberbios y dominantes. Los Warriors de Golden State fueron esto y más en el camino rumbo a su coronación en Las Finales de la NBA.

La quinteta californiana consiguió su victoria 83 de toda la temporada. La más importante. El trofeo Larry O’Brien, aquel que fue arrebatado por los Cavaliers de Cleveland hace un año, regresa a la Bahía.

Triunfo de 129-120 sobre los Cavs. LeBron James dejó la corona en el Oracle Arena para que Kevin Durant la luciera.

La afición californiana apoyó sin descanso al equipo de sus amores. Los Warriors pudieron levantar el trofeo en casa. En 2015, lograron el campeonato en Ohio, y, el año pasado, lo dejaron escapar en su propio suelo.

Se dio la revancha. Los fantasmas no aparecieron en Oakland. Al menos no a Stephen Curry o a Klay Thompson; a LeBron, sí.

The King perdió su quinta serie final en su carrera, tres con Cavaliers y dos con el Heat de Miami.

Mientras que Durant no dejó duda alguna de su contratación. Los Warriors firmaron a la estrella de su archirrival, el Thunder de Oklahoma, precisamente para esto. KD consiguió su primer anillo de campeón y se llevó a casa el galardón de Jugador Más Valioso en Las Finales.

Durant anotó 39 puntos, asistió cinco veces y tuvo siete rebotes. “Es el reflejo de mucho trabajo y confianza entre compañeros. Conseguir este título, en casa, es muy emotivo para mí”, declaró el MVP, quien sostuvo a su madre, entrelágrimas.

KD abrazó a James al término del cotejo. “Es el único jugador que veo hacia arriba”, exclamó el profesional de Golden State.

Los Cavaliers no aflojaron y mostraron su capacidad, la que los llevó a esta instancia. JR Smith buscó el aro en diversas ocasiones y no tuvo errores. En el tercer cuarto, Cleveland puso el alma sobre la duela, mas no alcanzó.

Los Cavs volvieron a vestir de negro, el uniforme del primer campeonato de la franquicia. La remontada en mente, pero la realidad apagó los sueños en Ohio.

“Dejé todo en la duela, en cada encuentro. Ellos han sido el mejor equipo en los últimos tres años, así es esto”, opinó LeBron, ante los medios.

Un triple de Durant, en el segundo episodio, dio la voltereta en los cartones. Cleveland no volvió a tomar ventaja.

El impulso y adrenalina forzaron que David West, de Warriors, y JR Smith, de Cavaliers, intercambiaran algunos empujes. Ambos se llevaron una falta técnica, mas para el californiano le salió barata, pues le había dado un manotazo a Irving, que ameritaba una expulsión.

El cotejo fue muy duro y con roces de más. Los réferis intentaron mantener el juego limpio, pero el orgullo de los profesionales fue superior a la actitud deportiva.

La corona de Golden State es merecida. Fue la mejor quinteta en la campaña regular, en Playoffs y en las Finales. Es un título obtenido con chequera y la filosofía ofensiva de Kerr.

Google News

TEMAS RELACIONADOS