México no tendrá ningún problema en seguir participando en los torneos de la Conmebol, aunque siempre y, ante todo, deberá poner por delante que pertenece a la Concacaf, que es la Confederación a la que le debe dar prioridad.

Es el sentir de Víctor Montagliani, quien fue elegido como nuevo presidente de la Concacaf, al superar a Larry Mussenden. de Bermudas, por una votación a favor de 25 a 16.

El canadiense, de 50 años, de ascendencia chilena, moverá de ahora en adelante por cuatro años, con opción a reelegirse por dos periodos más de igual tiempo, los hilos de una de las confederaciones más dañadas por los casos de corrupción, por lo que tiene la misión de limpiar la imagen de inmediato.

“Me siento como si hubiera ganado una final”, comentó al ser presentado oficialmente.

México, especial. El caso de la Federación Mexicana de Futbol es especial en muchos aspectos. Es miembro líder de la Confederación, pero al mismo tiempo quiere tener derechos en otra como la Conmebol. A Montagliani no le molesta la relación que guardan México y la Confederación Sudamericana.

“La relación Mexico-Sudamérica es histórica, no tengo problemas con esto”, mencionó de entrada, pero al mismo tiempo dejó claro que “el desarrollo del futuro de la zona es la Liga de Campeones de la Concacaf, ojalá en poco tiempo sea igual de seguida que la Copa Libertadores”.

Para el canadiense, la llamada ‘Concachampions’ “es uno de nuestros ases en el futuro. Tenemos problemas con los equipos mexicanos para alcanzarlos en su gran nivel, pero si hay trabajo pronto lo podremos hacer y nuestro torneo será igual que la UEFA”.

Señaló con energía que los torneos del área siempre estarán en primer lugar y por encima de los de Conmebol. “Siempre debe haber prioridades, y para la Concacaf el torneo más importante es la Copa de Oro”, en la que por cierto anunció: “Vamos a subir los participantes de 12 a 16, esto es porque quiero que más selecciones participen”.

En estos temas, Montagliani fue muy acucioso: “No vamos a cambiar las fechas de la Copa de Oro, seguirán siendo cada dos años”.

Limpia. La duda queda en el aire. ¿Podrá el canadiense aguantar todas las presiones que se le vienen encima?, ¿hasta los intentos de corrupción? Él asegura que sí: “Mis acciones a lo largo de mis 50 años de edad hablan por mí, tengo las manos limpias y estoy seguro en lo que no voy a cambiar”.

Aseguró que estos movimientos en la cúpula de la Concacaf “no es una última oportunidad”.

Ya como presidente de la Confederación, Montagliani no tiene que mostrar su preferencia por algún país en especial que aspire a organizar la Copa del Mundo de 2026. Para él, lo importante es que el Mundial se quede en Concacaf. “Necesitamos estrategias con los tres países postulantes (Estados Unidos, Canadá y México). Ojalá la Copa regrese a la región”.

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