Antoine Griezmann marcó el rumbo de Francia hacia Rusia; con un gol y una asistencia para Olivier Giroud (2-1), condujo a los bleus a la clasificación directa para el Mundial, la sexta fase final consecutiva de la selección gala.

La rubia melena del jugador rojiblanco emerge cada día como el emblema de una Francia que desde la pasada Eurocopa ha ganado la solidez y solvencia, que le puede poner entre los favoritos para la competición del próximo verano.

Tras dos Mundiales consecutivos en los que Francia se había clasificado en la repesca, la selección de Didier Deschamps consiguió el boleto como primera del grupo, pese a la juventud de su plantel, ante 75 mil aficionados que profesan fe a la nueva generación.

No fue brillante la subcampeona de Europa contra un rival que lejos de su estadio pierde mucho valor. Pero Francia tampoco tembló, fue un equipo solvente que marca una línea esperanzadora.

Tuvo que ser el timonel de esta selección quien abriera el marcador. Griezmann no titubeó al 27’, cuando Matuidi le puso un balón interior que le dejó, mano a mano, frente al portero bielorruso, para marcar su cuarto gol en la eliminatoria. El tanto desató la euforia en las gradas y serenó a Francia.

De nuevo el jugador del Atlético de Madrid fue decisivo al dar el pase del gol, seis minutos más tarde, para que Giroud, ayudado por un rebote de la defensa, consiguiera el segundo tanto. Con cinco goles y cuatro asistencias, Griezmann ha tenido algo que ver en 9 de los últimos 11 goles de su selección.

Giroud, por su parte, se convirtió en el máximo goleador de Francia en activo con 28 dianas, una más que el madridista Karim Benzema, ausente del equipo nacional desde que la justicia le implicó en un presunto caso de chantaje con un vídeo sexual a Mathieu Valbuena. Los bleus estarán por sexta vez consecutiva en un Mundial.

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