GUADALAJARA.— Parece que aburrir será el sello distintivo de un equipo presionado en extremo por el fantasma del descenso. Con un juego por grandes lapsos tedioso, a los Leones Negros apenas les ha alcanzado para sumar su primer punto del Apertura 2014, tras igualar 0-0 frente al Toluca, en el estadio Jalisco. El recién ascendido apenas da señales de vida.

La Universidad de Guadalajara, en busca de sumar por primera vez desde su regreso al máximo circuito, asume la obligación en los minutos iniciales y busca ofender, sin demasiada fortuna. Tras una pared, Andrés Ríos queda solo dentro del área, con panorama amplio y tiempo suficiente para decidir. Opta por definir él mismo, de pierna derecha, raso y sin fuerza, para que Alfredo Talavera controle el esférico, al 12’.

Son los mejores momentos de los Leones Negros, un equipo hasta ahora, con más corazón que entendimiento colectivo. Un centro nace desde el costado derecho. Es pasado y elevado. Fidel Martínez lo mide con la mirada. Da los pasos necesarios para encontrarse con la redonda. Da libertad a la pierna izquierda. Volea espectacular. El zurdazo es potente. Talavera luce sus reflejos. Un manotazo tapa el peligro, al 13’.

Pero ahí se termina el combustible. Se acaban las ideas.

Otro factor juega en contra de los Leones Negros: el nerviosismo que genera la presión. Cuando un equipo recién asciende, necesita resultados, para respirar con tranquilidad en la porcentual. La UdeG no tiene esa calma.

El partido no da para más. El silbatazo final da a la UdeG su primer punto desde el regreso al máximo circuito.

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