Durante los últimos 20 años, los aficionados del Cruz Azul han escuchado las mismas promesas de todos los directores técnicos que han pasado por la institución: “vengo a ser campeón”.

Palabras más o menos, los 13 entrenadores que llegaron a dirigir a los cementeros dieron un mensaje de optimismo para que la fanaticada celeste piense que “este año es el bueno”.

Ayer, Pedro Caixinha, a su llegada a la Ciudad de México, expresó algo similar.

“Sin duda, todos los [entrenadores] que pasaron lo han intentado [romper la sequía de dos décadas sin título de liga] y nosotros lo intentaremos”, dijo el luso.

“Pues [La Máquina] es un grande y dirigir a un grande siempre es algo muy importante”, añadió en el aeropuerto capitalino.

Las declaraciones del técnico se parecen a lo que mencionaron los últimos cuatro estrategas cruzazulinos, cuando fueron presentados en La Noria.

Luis Fernando Tena declaró de cara al Clausura 2014 que “tengo el anhelo de ser campeón, que haga algo grande”. El Flaco no pudo repetir lo hecho en el Invierno 1997, al ser monarca liguero en el banquillo cruzazulino.

Los sucesores de Tena, Sergio Bueno y Tomás Boy, también emitieron palabras de ilusión. Ambos ni siquiera fueron capaces de guiar a La Máquina a la clasificación a la Liguilla.

Francisco Jémez se conformó con llevar a los celestes a cuartos de final, pese a que a su llegada expresó: “aquí nada que no sea llegar a la final vale”.

Caixinha acude a Cruz Azul como un hombre de bríos renovados y la experiencia de haber sido campeón con Santos en 2015. Su gestión como maquinista debe tener el éxito en liga, de lo contrario, será otro técnico de promesas sin cumplir en La Noria.

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