Se veía venir cuando Alejandro Castro se fue expulsado. Un solo gol era muy poco para aspirar al triunfo y sí, ante uno de los peores equipos del torneo, los Jaguares de Chiapas, Cruz Azul pedía la hora.

Nicolás Bertolo había adelantado (20’), parecía una tarde de campo para los Cementeros, pero no… Un equipo sin confianza, sin sangre, sin cabeza, sin banca, tuvo su merecido. Gol de último minuto, entre Rey y un despiste de José de Jesús Corona (90’), para que la crisis celeste se agravara. No hay para donde ver, no hay para donde hacerse y ya son seis jornadas sin triunfo.

Cruz Azul apenas empató con Jaguares a un gol. Los silbidos de la gente son el mensaje más claro para un técnico que no sabe dónde está parado, para una directiva que ya tiene que hacerse sentir, porque la crisis se agrava, aunque no se pierda.

Jugando a medio gas, Cruz Azul hizo lo suficiente para dominar al cachorro en que se ha convertido este Jaguar. Un equipo chiapaneco que en los años anteriores le pintaba la cara al que fuera y que ahora, gracias a que su directiva y su empresa lo ven como un mal necesario, lo han ido mermando, al punto de que sólo se hace lo que se puede.

La Máquina, hambrienta de buenos momentos, no se aceleró. Sin El Chaco como motor, todo se refirió al ritmo en que Teófilo Gutiérrez quisiera jugar y como el colombiano no se apura demasiado, el cuadro cementero no se apuró.

Con dos líneas de cuatro marcadas, dejando atrás el fallido intento de jugar con cinco al fondo; con Bertolo de inicio por la izquierda, Barrera por la derecha y Vela acompañando a Torrado en la contención, los azules rápidamente dominaron el juego, se hicieron de la pelota, sólo hacía falta que Teo quisiera accionarse.

Fue hasta el minuto 20 que quiso, el balón quedó suelto en el área y con suma facilidad pasó a Bertolo, quien sólo frente al portero Hernández puso el balón por debajo de sus piernas para estrenarse en el futbol mexicano.

A partir de ese momento los Cementeros se soltaron. Se cogió confianza y comenzó el bombardeo sobre Hernández, quien soportó ataques dirigidos por Vela, Pavone y otra vez Bertolo, pero al no caer el segundo, entró en su acostumbrado conformismo y dejó las cosas a medias.

Y a medias inició la segunda parte. Jaguares no empató porque al Japo Rodríguez le pareció muy sencillo el gran pase que le dio Rey; de igual forma Teófilo no quiso meter el balón, dado a gran servicio de Barrera.

A medio gas, Jaguares quiso empatar, a medio gas Cruz Azul quiso sentenciar. Pablo Barrera poco a poco adquiere confianza; ya desborda, ya encara, ya hace sus tradicionales diagonales hacia el centro, y en el primer hueco que vio, mandó al balón al poste.

El Chuleta entró por el inadvertido Pavone y si no es por el colombiano Jiménez hubiera celebrado su gol. Junto con Allam Bello, la juventud cementera trataba de pintar otra cara.

Con poco Cruz Azul dominaba, pero con sólo un gol de ventaja no podía estar tranquilo. Cualquier error en un ataque desesperado de Jaguares podría ser peligroso. Y el error llegó cuando Alejandro Castro se hizo expulsar por doble amarilla. De poder ampliar el marcador, La Máquina tenía que pedir la hora para rescatar la victoria y al final no pudo conseguirla por lo que su crisis se agrava.

Google News