Pumas se encuentra en un camino donde el gol le es escurridizo, lejano y un calvario para sus atacantes. Le ha costado hallar el hombre que les haga más fácil llegar a las redes rivales, donde se terminan por ganar los partidos.
Pero en un paraguayo, Robin Ramírez, se dibuja la esperanza de encontrar la ruta hacia la anotación más fácilmente, de borrar esa historia magra de los últimos tres torneos en los que felinos promedian menos de un tanto por partido (0.9, 51 en 52 juegos).
Esa cifra les ha significado una tercia de fracasos sin llegar a la Liguilla y un sufrimiento constante que esperan borrar en el Clausura 2013. Ni siquiera fichajes pasados como el de Emanuel Villa sirvieron a los universitarios para encontrar a un certero artillero. Se espera en el Pedregal que con el llamado Joven Maravilla cambie esa falta de punzada en el sector ofensivo.
“Se contrata a un centro delantero y garantía de gol, es parte de sus obligaciones y de su trabajo. Pero también no dejar de lado que haciendo un trabajo táctico, ayuda a sus compañeros, abre espacios, es parte de su función”, requiere de su refuerzo el estratega felino, Antonio Torres Servín.
En los últimos nueve torneos, Universidad ha carecido de un hombre gol que sepa “matar” cuando tiene las opciones necesarias para hacerlo.
Lo máximo que han alcanzado cada uno de los delanteros auriazules desde el Apertura 2008 han sido siete tantos. Juan Carlos Cacho, Dante López y Martín Bravo sumaron ese número, que no les sirvió para pelear por el cetro de máximo romperredes.
Lejos están aquellas épocas de torneos cortos, donde los argentinos Esteban Solari (25 goles sumados en el Apertura 2007 y el Clausura 2008) y Bruno Marioni (campeón de goleo en el Clausura 2004) eran inclementes ante los rivales y se convirtieron en ídolos de la afición felina.
Ramírez —quien apenas jugó cinco minutos ante Atlas— gusta de sentirse señalado como el delantero que Pumas espera desde hace tiempo y que ni siendo campeón ha podido encontrar.
“Es una institución muy grande, la afición, es una presión muy buena, el equipo está bien y trabajamos duro para este campeonato”, describe el ex ariete de Deportes Tolima de Colombia.
Universidad sufrió en su primer compromiso ante los Rojinegros donde no pudideron pasar del empate a una anotación en el estadio Olímpico.
Las llegadas fueron constantes, pero ni Eduardo Herrera, ni Martín Bravo (pese a que hizo el gol) pudieron incrementar la ventaja por las atajadas del arquero zorro Miguel Pinto.
Entonces, la preocupación llegó a Torres Servín, porque la falta de contundencia impidió que su escuadra sumara de a tres puntos.
“Creo que estamos creando [opciones de gol], pero tenemos que estar trabajando para mejorar en todos los sentidos; cada partido te deja algo. Hay que tener la calma para concretarla”, señala a EL UNIVERSAL, mientras anhela que Robin Ramírez termine con el calvario de Pumas.