Cancún.— Sus lentas piernas les delatan... Y la Comisión de Árbitros no está dispuesta a esperarlos.

Ahí, frente a ese grupo de hombres inmisericordes, si se trata de juzgar a los silbantes, Edgardo Codesal promete una limpia de cara al Apertura 2015. Entre cinco y seis elementos desaparecerán de la baraja de opciones. Da lo mismo si se acorta demasiado, el objetivo es reducir considerablemente ese margen de error que suele ser el blanco favorito, así como principal excusa de jugadores, estrategas y directivos.

“Va a haber algunas bajas y altas, de gente de Liga de Ascenso. Las salidas serán, sobre todo, de elementos a los que la edad le ha venido ganando la batalla a la actividad”, asegura el director del área técnica en la Comisión de Árbitros. “Van a venir personas con mucha juventud y, sobre todo, capacidad física. Va a ser un número considerable [de bajas]”.

Jorge Pérez Durán, quien no apareció durante las cuatro jornadas finales y la Liguilla del Clausura 2015, después de retractarse en la señalización de un penalti, sería uno de los nominados.

Codesal admite la constante presión ejercida sobre el gremio, pero rechaza que sea una medida populista. Sabe que habitar el ojo del huracán es parte de la esencia de la profesión.

“Las críticas no se pueden terminar nunca, porque cuando un árbitro toma una decisión, siempre será controversial”, recuerda. “Lo que debemos hacer es tratar que sean uniformes en la aplicación del conocimiento y el espíritu de las reglas del juego”.

“Si logramos eso, vamos a dar un avance muy grande, porque uno de los problemas que tenemos es que un árbitro lo hace de una manera y otro de otra, lo cual genera confusión”.

Dar de baja a una cuarta parte de los silbantes que dirigían encuentros de la hoy llamada Liga MX sólo es el inicio de un programa, presentado a los directivos de clubes, con el que por fin se espera dar ese salto que tanto ha faltado a los jueces: profesionalización.

“Se presentó un proyecto para avance del arbitraje a tres años, apegado fundamentalmente a los lineamientos que marca el Comité de Desarrollo de Arbitraje de la propia FIFA”, revela el experto. “Lo más importante fue la uniformidad del procedimiento arbitral dentro de la cancha, también del criterio, lo cual siempre es difícil, sobre todo en el tema de las manos [dentro del área]”.

“Por otro lado, [queremos] mejorar la relación árbitro-jugador-entrenador y, evidentemente, capacitar de manera continua con un trabajo que nos va a llevar de lunes a viernes, prácticamente cuatro o cinco horas diarias con ellos dentro del campo y el aula. Vamos a trabajar un poco similar a lo que hacen los equipos los días de entrenamiento, para ser mucho más intenso. Se lo haremos llegar a los clubes, para que le agreguen lo que crean conveniente”.

El objetivo es tener jueces menos veteranos. Más allá de que su carrera es más longeva que la de los futbolistas, se pretende que debuten en el máximo circuito en plenitud física. “Lo que encontrábamos era 52% de los árbitros con edades arriba de las que deberían ser correctas para el desarrollo de cada categoría. Poco a poco se van a ir buscando talentos más jóvenes para su desarrollo”.

Mientras llegan, la baraja se reducirá considerablemente.

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