Quince años después de convertir a Soraya Jiménez en campeona olímpica, Georgi Koev regresa al Comité Olímpico Mexicano como uno de los entrenadores encargados de preparar a la selección que asistirá al Mundial del 21 al 29 de noviembre próximos.

Después de liderar un proyecto de halterofilia en Puebla, el húngaro vuelve con el objetivo de formar nuevos campeones.

¿Cómo se siente nuevamente en las instalaciones del CDOM?

—Muy bien. Todo está muy cambiado, la verdad. El gimnasio, inaugurado en honor a Soraya Jiménez, está muy completo y afortunadamente está lleno de gente practicando halterofilia. Es un panorama muy distinto al que se vivía hace quince años.

¿Es posible pensar en una nueva campeona olímpica?

—Claro, hay mucho talento. Todos disfrutamos mucho cuando Soraya ganó el oro en Sidney, pero ya es tiempo de trabajar para que su medalla no sea la última, que vengan muchas más.

¿Cuántas plazas para Olímpicos se pueden conseguir?

—Creo que lo máximo son tres. Tenemos tiempo para prepararnos y ya después de conseguir los boletos podremos planear la estrategia para llegar lo mejor preparados a Río.

¿Tiene alguna alumna con mayor posibilidad de asistir?

—Muchas tienen la capacidad, pero una de las más avanzadas es Ana Torres, aunque tiene apenas 20 años de edad ya ganó dos medallas en Campeonatos Mundiales Juveniles, así que creo que tiene un prometedor panorama.

Así, con un perfil discreto y sin llamar demasiado la atención, Koev trabaja para regresar a unos Juegos Olímpicos. El entrenador sueña con repetir la experiencia vivida aquel 18 de septiembre de 200 cuando Jiménez, fallecida en 2013, le dió a México la única presea para la halterifilia en una justa veraniega.

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