Chicago.— Llenos de ilusión, con la esperanza de no ser goleados, Cuba afronta su octava participación en la Copa de Oro.

Incompletos, con sólo 17 de los 23 jugadores convocados, los cubanos arribaron la madrugada de ayer, esperando completarse hoy, unas horas antes de arrancar el duelo ante México.

“El técnico y seis jugadores se quedaron compitiendo en el preolímpico, pero haremos un buen papel en esta copa y contra México, pues esperamos que no nos golee”, dijo Walter Benítez, auxiliar técnico de Raúl González.

Cuba, reconoció: “No tenemos gran tradición futbolística, pero en los últimos tiempos hemos venido trabajando muy bien en las juveniles, ahí nos ha ido de excelente forma, pero ya es tiempo que esto se refleje en la mayor”.

La Copa de Oro 2015 es su gran oportunidad, pero el comenzar el torneo enfrentándose a la Selección Mexicana, no es tan bueno para sus aspiraciones. “La diferencia entre plantillas es tremenda. México tiene a grandes jugadores compitiendo en Europa, y ante eso, nosotros no podemos hacer mucho. Vamos a pararnos en la cancha lo mejor posible, aguantar y tratar de encontrar alguna rendija para atacar, pero la verdad es que en este juego esperamos no ser superados ampliamente, para después poder colarnos en el grupo y calificar a cuartos de final”.

En su historia en el torneo de Concacaf, los cubanos han calificado en dos ocasiones a esas instancias, la primera en 2008 y la segunda en la edición pasada, en la de 2013.

Para este campeonato, Benítez dijo que la plantilla es joven, “con muchos jugadores que están en edad de jugar el preolímpico y algunos veteranos de hace dos años, pero tenemos mucho entusiasmo”.

—¿Todos se dedican netamente al futbol en la isla?

—Sí. Allá en Cuba no hay una Liga profesional, entonces, estos jugadores que traemos aquí son la élite. Ellos estudian y entrenan, nada más a eso se dedican. Claro, reciben un sueldo, más que nada, una ayuda, pero no por eso quiere decir que son profesionales”, apuntó el auxiliar.

Además de completar el equipo, esperan a que se les dé una cancha de entrenamiento —la que estaba programada para la práctica resultó inundada por las fuertes lluvias en la ciudad—, los dirigentes cubanos se tienen que preocupar porque no haya deserciones en el equipo.

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