Es el mismo Ronaldinho de siempre. La sonrisa parece dibujada en ese rostro que no cambia. Con camisa blanca, aunque todo desabotonado, arremangado, pantalón de mezclilla medio roído y su característica gorra negra. Así se ve al ídolo brasileño en su primer evento como futbolista de Gallos en nuestro país.

Ahí, ante un Auditorio Nacional repleto, Dinho se deja ver tal cual es: humilde, tímido, pero sonriente.

“Toda mi vida he jugado futbol, pero si no me hubiera dedicado a esta disciplina, quizá hubiera trabajado con música. Tengo el placer de tener algunas canciones. Aunque toda mi vida he estado acompañado de un balón y de la música, siempre con ambas”, descubre, aunque al momento de pedirle bailar, el brasileño se ruboriza. “Jamás”, responde con una sonrisa .

—Entonces una cantadita, insiste el animador del evento patrocinado por Telmex.

“No”, responde chiveado, cual niño.

Y al descubrir su concepto de fiesta, precisa: “Lo mejor de la fiesta sucede dentro del campo de juego”; por ello lo plasma en una mini cascarita con el ingeniero Carlos Slim Helú y Arturo Elías Ayub, directivos de la empresa que organizó el evento.

Sí, Ronaldo de Assis Moreira ha llegado al balompié mexicano. Aunque en el Auditorio Nacional nadie le pregunta sobre el tema, con todo y que ha llegado al mismo, después de estampar su rúbrica con el Club Querétaro.

“Muchas gracias, espero vivir aquí en México”, anhela. “Nos vemos pronto, en la calle”, promete y garantiza. “Gracias a todos, gracias México”, remata a manera de pistas, de lo que parece reservado para una primicia.

Pero Ronaldinho no ha logrado ocultar ese lado humilde, por algo ha salido de las favelas y a ellas ha destinado parte de sus ganancias. Por algo ha ayudado a más de 3 mil 500 jóvenes en Porto Alegre, su ciudad natal.

“Lo que me motivó a mí y a mi familia era mirar tantos niños de mi comunidad, quienes no tenían nada. Entonces era para que tuviera algo mejor. Era un sueño para mí y para mi familia”, comparte sin alardes.

“A los hijos de mis amigos que he perdido en el camino, quienes se fueron por las drogas o están en la cárcel, a ellos, a esos niños quería verlos en un mundo diferente”, agrega el astro.

Hoy, “tengo la felicidad de hacer lo que me gusta”, por eso siempre está sonriente y divertido. Y cuando se le cuestiona si las mujeres más bonitas están en México, Ronaldinho, el padre de familia, responde con un gran “no”, tras ver pasar a una hermosa chica con las piernas descubiertas.

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