BRASILIA.— Un gol que vale historia. Gonzalo Higuaín convirtió el gol del triunfo sobre Bélgica a los 8 minutos, suficiente para que Argentina accediera a los cuatro mejores después de 24 años.

Los sudamericanos se impusieron con la mínima diferencia para superar la fase de los cuartos de final, situación que no vivían desde Italia 1990. Después del tanto, los dirigidos por Alejandro Sabella supieron aguantar el marcador en un partido poco vistoso y con varios minutos intrascendentes.

Lionel Messi volvió a dejar en claro que es el alma del conjunto argentino, acompañado por la mejor versión de Higuaín y respaldado por un Javier Mascherano eficiente. No pudo sin embargo imponerse en su duelo personal con el belga Thibaut Courtois, el arquero del Atlético Madrid al que no le marca en Europa desde diciembre de 2012.

El delantero estrella del Barcelona gestó la jugada de gol en los primeros minutos del partido, cuando recuperó una pelota en el mediocampo, corrió 20 metros y se la abrió a la derecha a Ángel Di María, quien pateó un centro que rebotó en el belga Jan Vertonghen e Higuaín resolvió con rapidez al arco sin permitir la reacción de Courtois.

Higuaín sumó confianza en el campo de juego con el gol, su primero en Brasil 2014 y el quinto en un Mundial, y tuvo un papel clave en el ataque frente a una Bélgica nerviosa y falta de precisión.

El delantero del Nápoli lo volvió a demostrar en el segundo tiempo, con un remate a los 50’ que desvió un defensor belga y cuatro minutos más tarde en una veloz jugada de contraataque en la que superó a la muralla belga y cuando definió mano a mano frente al arco el remate pegó en el travesaño y salió por arriba del marco.

El conjunto dirigido por Marc Wilmots le dejó espacios para crecer a la selección argentina, que se mostró cómoda en el contraataque y con su mejor nivel en lo que va del Mundial en el primer tiempo, más segura en la defensa y más equilibrada en todas las líneas.

Argentina sufrió sin embargo un fuerte revés con la lesión de Di María en el recto anterior de la pierna derecha que dejó a Messi sin su principal socio.

El jugador del Real Madrid, que minutos antes había deslumbrado con un taco al arco rival, debió dejar el campo a los 32’, tras lastimarse en una carrera y cuando atravesaba su mejor momento en la selección albiceleste tras convertir el gol del triunfo en los octavos ante Suiza.

En su lugar ingresó Enzo Pérez, que pocos minutos después pateó un pase que Messi convirtió en una carrera hacia el arco con cuádruple marca y fabricó una falta al borde del área belga. Pudo haber ampliado la ventaja, pero el tiro libre se fue apenas por encima del travesaño.

Bélgica tuvo varias llegadas claras al área argentina, cuando a los 25’ Sergio Romero despejó un remate largo de Kevin de Bruyne y casi sobre el final del primer tiempo, al irse apenas desviado un cabezazo de Kevin Mirallas.

Los cambios que hizo Alejandro Sabella en el equipo, con los ingresos de Martín Demiichelis y Lucas Biglia, por los cuestionados Federico Fernández y Fernando Gago, dieron resultado, aunque se notó la ausencia por la izquierda del lateral Marcos Rojo. Hacia el final, cuando Bélgica buscó por todos lados el empate, Sabella decidió poblar más el mediocampo y Gago entró por Higuaín, quien salió ovacionado.

Argentina escribió ayer un capítulo importante de su historia futbolística, porque quebró 24 años sin acceder a semifinales. Ahora buscará el próximo miércoles frente a Holanda el pase a la final para convertir en realidad su sueño del tricampeonato. Un anhelo que no se vía tan cerca desde hace dos décadas.

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