En uno de los clásicos más intrascendentes de los últimos años aunque no por ello sin tensión, la figura del azulgranaAndrés Iniesta se convirtió en el protagonista tanto dentro como fuera del césped del Camp Nou, donde disputó su último partido contra el Real Madrid (2-2) como jugador del Barcelona.

Ni la racha de invicto del equipo azulgrana, ni el eterno duelo entre Leo Messi y Cristiano Ronaldo. Este domingo todos los focos fijados en el jugador manchego que, tras una semana siendo duda por unas molestias musculares, salió de inicio para disputar su trigésimo octavo y último clásico.

Son días emocionalmente intensos para el capitán azulgrana. Anunciaba hace algo más de una semana su adiós tras 22 años en Barcelona, ganaba dos días después en Riazor su novena Liga, celebraba el lunes el doblete por las calles de Barcelona y este domingo intentó dar su última lección en el tapete del Camp Nou ante el eterno rival.

Repitió Valverde el once que pasó por encima ante el Sevilla en la final de la Copa del Rey, con la única variación de Marc-André Ter Stegen por Jasper Cillessen. Y cómo no Andrés Iniesta, que no quiso perderse su último clásico.

Su equipo fue efervescente. Empezó con una presión asfixiante y el primer tanto no tardó en llegar. Fue en una jugada a vertical iniciada por Luis Suárez, conducida por Sergi Roberto y finalizada por el uruguayo (min.10).

Fue la primera y única ocasión del Barcelona que, de más a menos, veía como el Real Madrid empataba, con un tanto de Cristiano Ronaldo culminando una rápida transición, y dominaba gozando de ocasiones claras que sus delanteros no fueron capaces de rematar.

No por ello, Iniesta se olvidó de dar muestras de su clase. La jugada más celebrada del manchego por el público del Camp Nou fue en el minuto 39. Recibió Andrés un pase largo de Ter Stegen, pinchó el balón y, con un sutil toque con el talón superó las marcas de dos jugadores del Real Madrid.

Recibía 'Don Andrés' la primera gran ovación de la noche. El encuentro se enfangó con la roja directa a Sergi Roberto, pero tras la reanudación el centrocampista albaceteño se puso el mono de trabajo y se adueñó del balón cuando su equipo más lo necesitaba durante doce minutos.

En ese lapso de tiempo, llegó el segundo tanto del Barcelona, obra de Leo Messi, y con uno menos su equipo generó más problemas a su rival que en el primer tiempo.

En el minuto 58, llegó el último suspiro de Iniesta en un clásico. En la banda esperaba Paulinho. Antes, el manchego cedió el brazalete a Messi y, con parsimonia, se dirigió al banquillo mientras el todo el Camp Nou se ponía en pie y se dejaba la voz recordando su nombre: "¡Iniesta, Iniesta, Iniesta!

Cerró Andrés su trayectoria en los clásicos sin poder celebrar la victoria pero, por lo menos, su equipo salvó el empate jugando con uno menos durante más de 45 minutos.

Tras dieciséis temporadas en el primer equipo, su balance es de 16 victorias, 10 empates y 12 derrotas; unas cifras que mejoran en la Liga (13 triunfos, 6 tablas y 7 derrotas); y que es también favorable en el Santiago Bernabéu (8 triunfos, 1 empate y 4 derrotas).

En esos 38 choques, Iniesta ha logrado 3 goles y ha repartido 8 asistencias. Su primer choque ante el Real Madrid se remonta al 20 de noviembre de 2004 en el Camp Nou, donde el Barça se impuso por 3-0 con goles de Samuel Eto'o, Giovanni van Bronckhorst y Ronaldinho. Entró Iniesta en el minuto 71 por el sueco Henrik Larsson.

Esta vez salió de inicio y el que dejó el campo fue él convertido en una leyenda del Barcelona que, tras el partido, pudo celebrar el doblete con sus compañeros dando una vuelta de honor al estadio.

mdgm

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