Hoy, en la Academia de Taekwondo Jaguares, el primer medallista olímpico de México en esta disciplina (cuando era deporte de exhibición), Enrique Torroella, terminará una serie de clínicas que realizó en diversos clubes del estado, con la intención de reforzar el aprendizaje de este arte marcial y preparar mejor a los jóvenes de cara a la Olimpiada Nacional 2015.

Torroella Sánchez, a 26 años de su mayor logro en los Juegos Olímpicos de Seúl en 1988 (que conquistó cuando tenía 18 años de edad), aceptó que a pesar de los cambios que se han presentado en las competencias de taekwondo, como los petos electrónicos, es necesario regresar a las bases para tener mejores resultados.

Bajo esta consigna, el taekwondoín mexicano basa su eje de trabajo con los jóvenes en dichas clínicas, pues aseguró que la clave de los resultados está en el perfeccionamiento de la técnica.

“Querétaro se ha caracterizado por tener grandes competidores en taekwondo, para mí es de mucho orgullo estar aquí porque es una tierra de campeones, en segundo lugar, la vida me dio la oportunidad de tener el tiempo para estar en los Juegos Olímpicos del 88 y siempre es un orgullo y placer defender nuestro país y por fortuna obtener la primera medalla en la historia en olímpicos. Ahora, a mi edad la única responsabilidad moral que tengo es transmitir lo que a mí me transmitieron y poner mi granito de arena en las nuevas generaciones”, comentó.

Enrique Torroella reveló que se enfoca en regresar a las bases en sus clínicas, pues “básicamente vuelvo a trabajar con los muchachos, independientemente del grado que tienen, es el manejo de la técnica básica, ahora con los petos electrónicos que se implementan, hay que conectar mejor las patadas para que pueda marcar el punto, además que también trato de enfocarme en las patadas a la cabeza, algo que puede ser la gran diferencia en una competencia”.

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