Ofreció disculpas en ambas ocasiones. Sus celebraciones estuvieron marcadas por la timidez, pero fue lo que menos importó a esa afición que le rendía pleitesía hasta hace unas semanas y anoche lo vio como el verdugo de un equipo que luce en ruinas, confundido y sin una idea clara de juego.

Avilés Hurtado protagonizó otra mágica noche sobre el sintético césped del estadio Caliente. El problema para los fanáticos fronterizos es que ya no viste la rojinegra elástica de los Xoloitzcuintles. El atacante es la nueva estrella del Monterrey y lo dejó en claro al marcar un doblete en la goleada sobre los dirigidos por Eduardo Coudet (3-0).

Mientras el conjunto bajacaliforniano aún busca identidad con el Chacho en el banquillo, los Rayados juegan un torneo en el que el único logro admisible es dar la vuelta olímpica. Por eso ficharon a Hurtado, quien mostró su calidad con el zurdazo que hizo estéril el lance de Gibrán Lajud (34’). Comenzaba la fiesta del visitante.

Avilés la continuó al definir el pase de Carlos Sánchez, tras el error del meta tijuanense (52’). El propio Pato rubricó el tercero (80’).

Gol que sólo fue el colofón a la velada de Hurtado.

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