Especial para EL UNIVERSAL

La formación favorita de Jorge Luis Pinto es 5-4-1, aunque cambia a 5-2-3. Siempre usa tres centrales y dos laterales, que no tienen entera libertad para ir al ataque.

En la mitad de la cancha usa un mediocampista defensivo y uno más versátil junto a él, de preferencia efectivo con los pases largos, lo cual deja a tres hombres de ataque, con un centro delantero.

La táctica puede cambiar, según el partido. Cuando el oponente tiene el balón y ataca, a Pinto le gusta que sus dos mediocampistas se conviertan en la primera línea de la defensa, con los otros cinco detrás de ellos.

Cuando los ticos van al ataque, la línea de cinco se convierte en tres y prácticamente el parado cambia a un 3-4-3 ó 4-3-3, si sólo uno de los laterales va al frente, táctica que Pinto emplea algunas veces.

Para Pinto no hay nada más importante que la disciplina táctica. Más allá del talento o la habilidad para marcar diferencia, para el técnico de Costa Rica, lo esencial es que sus jugadores hagan lo que les pide hacer. Aquellos que no lo hicieron se quedaron fuera de la selección tica.

Quizá muchos lo pintan como estricto, que limita a sus futbolistas, pero la fórmula le dio éxito. El pragmatismo es la esperanza de Costa Rica.

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