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Comparten ADN pero son rivales

Comparten ADN pero son rivales
04/09/2014 |00:49
Redacción Querétaro
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Los rejoneadores Jorge Hernández y Alejandro Zendejas, quienes se presentarán el viernes en la Plaza Santa María, señalaron que compartir cartel con Mónica Serrano y los forcados de Juriquilla, Mazatlán y Querétaro, representa algo especial, para que se vea la rivalidad y competencia que hay entre ellos en el ruedo, aunque sean primos.

Jorge Hernández dijo que al torear a caballo buscan que se vea la rivalidad y mostrar la competencia que hay entre ellos.

“Muy contento, más que sea en una plaza tan tradicional en cuestión de corridas de rejones, como la Santa María de Querétaro”, dijo.

La última corrida de Jorge en la Santa María fue el año pasado, cuando compartió cartel con Leonardo Hernández y Rodrigo Santos, donde, desde su punto de vista le fue muy bien.

Ell último año Hernández lo calificó como muy importante en su carrera, ya de una década en el toreo a caballo, la cual ha sido de altos y bajos, “en la que nos hemos sobrepuesto a accidentes muy fuertes, una fractura de la espalda, pero también de triunfos muy importantes", como en la Feria de Zacatecas, donde cortó cuatro orejas y un rabo, cuando hacía 10 años que no se lograba esta hazaña.

“Este año ha disfrutado mucho el toreo, un año de madurez, un año en el que me he sentido más consolidado como rejoneador, donde he podido disfrutar cada tarde, donde tuve triunfos importantes en Estados Unidos, en el mes de junio, en California y seguir picando piedra, esta es una carrera de resistencia, es una carrera de aguantar tardes buenas, tardes malas y seguir luchando y seguir preparándonos”.

Toros madre un USA

De la afición al toreo en la Unión Americana, explicó que “es más de lo imaginable, porque todo mundo piensa que Estados Unidos no hay toros. En California hay una colonia portuguesa donde se dan aproximadamente unas 20 o 25 corridas al año, todas de rejoneadores, son pocos los toreros de a pie que van y la gente tiene mucha afición, disfrutan mucho de su fiesta de lo que es el toreo a caballo”, sin embargo, subrayó que es muy diferente a la fiesta que se vive en México, donde la gente es más entregada, mientras que del otro lado de la frontera lo ven como un espectáculo.

“Hay muchas plazas en California, pero donde yo estuve es una plaza que está como a una hora de San Francisco, es un pueblo que se llama Tracy, y se ponen las plazas hasta la bandera. La afición es mucha, pero muy diferente, nada que ver con la de aquí de México y con la afición de España”.

Hernández precisó que en esta ocasión trae seis caballos, esperando usarlos todos, si los toros los dejan, para que el público pueda ver una gran variedad de animales, educados a la alta escuela.

“Querétaro está considerada como una plaza con mucha afición al rejoneo y será un espectáculo muy bonito, muy familiar... además de los forcados, dos grupos locales y uno de fuera, que tienen rivalidad entre los tres y van a ver algo muy bueno”.

Por su parte, Alejandro Zendejas, cuya última presentación en la Santa María fue el 25 de diciembre pasado, se dijo muy ilusionado de regresar, “especialmente en un cartel de rejones, junto con Jorge, que es mi primo, y con Mónica Serrano, que es una de las rejoneadoras puntera en México.

“Yo tengo muy poco de carrera, tendré menos de dos años y el último ha sido my movido para mí. Estuve con Pablo Hermoso de Mendoza y Julián López El Juli, en La Petatera, saliendo en hombros con ambos, con Talavante, con carteles importantes y este es uno que significa mucho para mí porque es la primera corrida de rejones en la que voy a estar con puro mexicano”.

Zendejas aseveró que tiene planeado traer siete caballos, que están perfectamente cuidados.

Explicó que los cuidados a los caballos son 24 horas al día... La mayoría son lusitanos, pero puede haber de varias razas, y los rejoneadores buscan la mezcla de caballo.

Zendejas dijo que la pasión por el toreo le viene de familia, al igual que a Jorge, cuyo bisabuelo escribía poesía taurina, y su abuelo, que después de los 30 años de edad decidió que quería ser rejoneador y se fue a Portugal, donde compró caballos.

El papá de Alejandro siempre lo hizo de hobbie, pero a él le nació el gusto de ver a su primo y tíos montar.

Ambos consideran que en la fiesta brava cada vez hay más espacio para las mujeres, aunque no deje de verse como un ambiente machista. Pero ellas con bienvenidas, llega un momento en que olvidas que es una mujer por la garra que muestra, se han ganado un lugar en la fiesta y en el resto de la sociedad.