San Nicolás de los Garza.— América cierra el año con un rotundo fracaso. Y no tanto por ser eliminados en las semifinales a manos de los Tigres (4-0 global), sino por la manera tan gris y hueca de pretender una pelea por el título.

Los de Miguel Herrera no fueron capaces, a lo largo de 180 minutos, de arrancarle un bigote a la escuadra felina, que cerró cómoda la llave en el Universitario, luego de traerse una anotación del Azteca.

América necesitaba responder con dos goles. Pero fue víctima de lo que no hizo en sus últimos tres partidos (ida y vuelta de cuartos de final, 0-0 ante Cruz Azul y la ida de “semis”, 0-1 con Tigres). No es el América que el Piojo Herrera quiere, el que añora de aquel Clausura 2013, de esa plantilla que podría estar debajo en el marcador, pero que nunca bajaba los brazos.

Pese a restar peso en su zaga y cambiar su línea de cinco, no encontró la variante y la individualidad que hicieran la diferencia, mínimo que comprometiera a unos universitarios que eran favoritos desde las apuestas.

De nueva cuenta, no fue la noche de Darwin Quintero, quien no dejaba de lamentarse en cada jugada inconclusa frente al marco de Nahuel Guzmán. Lo mismo Oribe Peralta, quien hasta hace poco era uno de los mejores artilleros mexicanos en la Liga MX. El Cepillo también sufrió, y sin la necesidad de que Tigres echara el carro atrás; Hugo Ayala y Francisco Meza hicieron la labor de contenerlo.

Lo mejor que tuvieron los capitalinos fue un escueto primer tiempo, donde se hicieron de la posesión, mas no de la contundencia.

Por su parte, los Tigres demostraron que una vez encendido el Volcán, es imposible parar la erupción. Incandecentes llegadas aflojaron la cabaña de Agustín Marchesín, quien vio la esférica burlarse de él. Eran los avisos que más tarde Enner Valencia (55’ y 71’) y André-Pierre Gignac (75’) convirtieron en goles, ésos que a las Águilas les faltó, mínimo, para no morirse de nada tras culminar el partido con nueve elementos en la cancha; Guido Rodríguez (59’) y Édson Álvarez (65’), los expulsados.

Mientras América carece de gol y de individualidades, los Tigres preparan el filo para arañar su más reciente hazaña, hilar tres finales, algo que ningún club ha conseguido en la Liga MX.

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