Sus ojos parecen desorbitarse mientras otorga los primeros de varios autógrafos que le son solicitados tras aparecer por la puerta número uno del estadio Azul.

Extrañado, pero sonriente, Francisco Javier Rodríguez accede al inesperado calor de un pueblo que, por ahora, le ofrece tregua a cambio de resultados positivos.

Posa para innumerables fotografías y selfies. Su pasado azulcrema queda en el olvido para los aficionados celestes.

“Sé que apoyan mucho a lo que es el equipo”, atina a decir El Maza, acorralado por decenas de aficionados. “Es lógico entender que venía del América e iban a ser un poco estrictos en ese aspecto, pero el cariño de la gente es muy importante para nosotros los jugadores”.

Y la primera impresión para el público. La del defensa central fue agradable a las pupilas azules.

Debutó con La Máquina el viernes anterior, en Torreón, contra el Santos Laguna. Pese a que el duelo concluyó igualado (1-1), el tres veces mundialista otorgó solidez a la retaguardia del equipo dirigido por Luis Fernando Tena.

“Espero mañana [hoy] dar otro buen juego, junto con mis compañeros, y empezar a sumar de a tres [puntos], que es importante”, sentencia. “Queremos ganar”.

Con lo que correspondería el sorpresivo amor recibido.

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