Glendale.— Con Marshawn Lynch, uno de los mejores corredores de la NFL, y con su ofensiva en la yarda uno de los Patriots en segunda oportunidad y gol, los Seahawks de Seattle cometieron el error que les impidió conseguir el bicampeonato.

Cuando la lógica indicaba intentar llegar a la zona de anotación en una o dos carreras, se optó por un pase.

La jugada fue llamada por el coordinador ofensivo Darrelle Bevell e indicó que se fuera por un pase rápido al centro con Ricardo Lockette. Fue cuando el esquinero novato Malcolm Butler realizó la intercepción (será una de las más recordadas en la historia del Super Bowl). Nadie pensó que después de una recepción milagrosa que mantuvo el ‘drive’ vivo terminara de una manera tan amarga para Seattle.

Un visiblemente ofuscado Pete Carroll, entrenador de Seattle, defendió la decisión de lanzar un pase en los minutos finales que les terminó costando la derrota en el Super Bowl XLIX.

“En ese momento del partido, no quería gastar una jugada de carrera ante su formación de línea de gol. Pensé mandar receptores para abrirlos y luego iba a tener tercera y cuarta para intentar anotar por tierra”, dijo Carroll al final del partido. “Fue un pensamiento claro, pero no funcionó como queríamos, lanzamos y ellos la interceptaron”, agregó el estratega.

Lynch, quien había corrido ya para 102 yardas, es un especialista en situaciones de yardaje corto, pero ya no tuvo la oportunidad de intentar darle la vuelta al encuentro.

“Me pueden preguntar sobre la decisión todo lo que quieran, ya les dije lo que pasó”, exclamó molesto Carroll. “Pensábamos correr para ganar el partido, pero no en ese down. Es todo”.

Carroll dijo que en el vestuario no tuvo nada que explicar a los jugadores, especialmente al esquinero Richard Sherman, quien cuestionó la decisión al final del choque.

“Estoy sorprendido [de la llamada], fue una jugada desafortunada”, afirmó Sherman. “Lo que yo hubiera llamado es irrelevante, fuimos con esa jugada y no funcionó. Estamos decepcionados del resultado final, pero hay que darle crédito a ellos”.

“Tomamos esta clase de decisiones en todos los partidos, aveces resulta, otras no. Ésta no funcionó. Pudimos correr y quizá nos paraban, o quizá anotábamos. Jugar buen futbol americano significa esperar a tener los duelos correctos para tener la mejor oportunidad de correr y anotar. Tal vez debí correr y no estaríamos hablando de esto”, agregó el coach, quien fue campeón el año pasado.

En la jugada que terminó definiendo el encuentro, Malcom Butler, un novato que llegó este año a la NFL procedente de la pequeña Universidad de West Alabama, interceptó el pase a Russell Wilson.

“Trabajé muy duro en los entrenamientos, sólo tenía ganas de hacer una jugada y ayudar a mi equipo a ganar”, dijo Butler al final del encuentro. “Salí a hacer exactamente eso para ayudar a mi equipo a ganar”.

El otro protagonista del fracaso fue precisamente el quarterback de los Seahawks, Russell Wilson, quien fue capturado tres veces en el duelo.

Rusell también defiende la jugada que le ordenaron desde la banda y piensa que fue la mejor opción para buscar la victoria en los últimos instantes del Super Bowl.

“No puse en duda la llamada, pensé que era una buena decisión. Doy gracias a Dios por la oportunidad y sólo puedo decir que volveremos”, expresó Wilson, de 26 años de edad.

El coach Carroll asegura que lo que lo incomdó fue que los Patriots no pidieran tiempo fuera.

“El reloj, la situación, todo lo teníamos de nuestro lado. [Patriots] no tendría tiempo disponible, a menos que nosotros anotáramos en una de las primeras oportunidades. Teníamos pensado que ganaríamos el partido. Luego un muchacho [Butler] realiza una jugada que no se supone que haría, realizó una brillante jugada y se robó el juego, nos robó el campeonato”.

Carroll afirma que simplemente, la jugada no funcionó. Pero para el coach de los Seahawks, ésta será una herida que difícilmente sanará.

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