Tan importante es descentralizar e impulsar la cultura popular como pagar bien a actores, bailarines y curadores, y llevar una imagen de México al mundo basada en sus artistas vivos. Armar programas de apoyo al libro que incluyan a las librerías; incentivar la edición independiente; transparentar la exhibición y promoción de artistas en museos públicos. Hay que impulsar el arte popular pero no olvidar a los artistas contemporáneos; estimular la industria artística a través de incentivos fiscales y escuchar a todos los que hacen cultura.

EL UNIVERSAL habló con escritores, editores, libreros, artistas y promotores culturales que expresaron propuestas pero también inquietudes acerca de la administración cultural que a partir del 1 de diciembre encabezará , como secretaria de Cultura del gobierno de , virtual presidente electo.

Casi todos los entrevistados abordaron dos temas: educación artística y diálogo constante, abierto, entre funcionarios y comunidad cultural. Aunque predomina el optimismo, no deja de haber dudas sobre el proyecto y llamados a concentrarse en el trabajo en lugar de atender asuntos como Los Pinos o Tlaxcala.

Siameses Marisa Lara y Arturo Guerrero, artistas visuales. Es necesario transformar muchas condiciones en las que se realiza y promueve el arte, que un cambio democrático debe apoyar: el derecho a servicios médicos para artistas y un ombudsman para el sector cultural que acompañe a artistas y comunidades culturales cuando se violenten sus derechos. Los espacios públicos  deben ser intervenidos por los artistas sin restricciones burocráticas y con apoyo institucional. Los museos de la Secretaria de Cultura no deben ser manejados con criterios privados; deben eliminarse las reglas excluyentes no escritas y transparentar las normas de aceptación o rechazo de las propuestas. Las bienales y espacios de exhibición que tiene México en el extranjero deben expresar la diversidad y estar sujetos a convocatorias públicas. Una política artística de museos públicos no debe supeditarse al mercado del arte siguiendo sus unilaterales dictados y modas. Se debe apoyar la incorporación de obra artística por ley a toda construcción pública y privada y destinar un porcentaje de la inversión, llamando a concurso público a la comunidad artística para participar con proyectos. Si el presidente electo  ha propuesto la revocación de mandato, los responsables culturales deben ser cambiados si no cumplen con las normas que contribuyan al  cambio en nuestro país.

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Foto: Archivo EL UNIVERSAL

Margarita de Orellana, editora y codirectora de Artes de México. Nos interesa que se multipliquen las librerías tanto del Estado como las privadas; que la cadena de libros de Educal pueda funcionar sin ser mermada, como en los últimos años, por las políticas de Hacienda que secuestra el dinero de las ventas y después no da a esas librerías lo suficiente para pagar a los editores lo que ya vendió. La ley del libro debe ser aplicada con un reglamento adecuado y con todos los mecanismos de incentivos para todas las librerías, como se hace en Francia; aplicarla es el antídoto para frenar los movimientos destructivos monopólicos como el que lidera Amazon. Erradicar la ley fiscal que impide deducir el costo de impresión de los libros hasta que no hayan sido vendidos en su totalidad ha sido un lastre para las editoriales. Ojalá que el nuevo gobierno la erradique. La política de incentivos a edición independiente debe mejorar y crecer.La innovación tecnológica en la industria editorial sólo se dará si es incentivada por el Estado y considerada un interés nacional.

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Foto: Archivo El Universal

Daniel Lezama, pintor. Me preocupa que la política del gobierno que viene pueda llegar a caer en propósitos propagandísticos y demagógicos. Admiro profundamente la pasión de Alejandra Frausto por el tema de la artesanía y la cultura popular y rural, pero no olvidemos que la inmensa mayoría de la población mexicana es urbana y tiene otras necesidades y búsquedas que no han sido atendidas adecuadamente en el pasado, incluyendo  autogestión, nuevas tecnologías, educación de públicos... El FONCA o el sistema de becas debería ir acompañado de un riguroso programa de promoción y exhibición de la obra producida con dichas ayudas. Los museos públicos deben tener canales transparentes para la exhibición de artistas, con comités colegiados, diversos, plurales y especializados. Debe fomentarse la creación de museos privados, y espacios de difusión privados, galerías y centros de investigación. La verdadera prioridad sería —más que gastar la energía personal y económica en descentralizar y generar iconos de cambio, como es el tema de Los Pinos— consolidar logros graduales de muchos años y recuperar espacios para el arte contemporáneo en todas sus manifestaciones, pero principalmente buscar el estímulo a la industria artística a través de incentivos fiscales al coleccionismo por parte de grandes empresas. Es crucial que la Secretaría de Relaciones Exteriores promueva no sólo el patrimonio histórico de México sino el arte contemporáneo en todas sus manifestaciones. Y por último, de manera crucial, reincorporar la educación artística en toda su extensión al programa de la SEP.

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Foto: Archivo El Universal

Fernando Llanos, artista y cineasta. Lo primero que se podría hacer es ganar el presupuesto perdido; si se acortó 60% el presupuesto en este sexenio, que se prevea un aumento de 60% para subsanar las carencias. Seguir tomando decisiones de la mano de las mentes más capaces del gremio; saber escuchar y llevar el pulso de un gremio crítico, creativo y demandante. Descentralizar la cultura y preocuparse por llevarla a las zonas menos atendidas del país. Es un gran acierto que nos ayudará a encontrar la paz más rápido.

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Foto: Archivo El Universal

Eduardo Lizalde Farías, promotor cultural y productor.  Hay que considerar el desarrollo de proyectos artísticos de alto nivel sobre todo en las comunidades rurales en donde, en el mejor de los casos existe una cancha de basquetbol y en las que no hay un teatro. El Palacio de Bellas Artes es un símbolo que todos apreciamos, pero no es representativo de la cultura nacional; México es un país de tierra, no de mármol. El Estado mexicano tiene un gran pendiente con su patrimonio cultural inmaterial, con las tradiciones vivas, con lo que se baila, con lo que se toca, con la poesía que se dice en las rancherías, en las comunidades rurales y en los pueblos. Tenemos una gran oportunidad para fortalecer nuestros vínculos en cuanto al patrimonio tangible e intangible que compartimos a través de un acercamiento genuino desde las más altas esferas con Latinoamérica. La política cultural de México debe ser la de una cultura de paz. Los empresarios, la sociedad civil y el Estado debemos ver en la cultura la gran oportunidad para construir ciudadanos sensibles al arte y las necesidades de los otros.

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Foto: Archivo El Universal

Manuel Rocha Iturbide, artista sonoro y curador. Tendría que haber reuniones para escuchar las inquietudes de las distintas personas involucradas en la cultura. Que haya mejores sueldos en los museos, son pésimos; así como se quiere bajar los sueldos a los altos mandos, en la cultura siempre han sido bajísimos los sueldos para la gente que trabaja en los museos, aunque también es el caso de los actores, de los bailarines. Sí es muy importante llevar a otros lugares del mundo la cultura alta, sofisticada, que se está haciendo, pero que no sea elegida a dedazo, sino con base en consejos donde profesionales deciden qué llevar.

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Foto: Archivo El Universal

Héctor Zamora, artista.  Es importante comenzar desde las bases la educación artística. Hasta el momento su impulso ha sido muy bajo y debe hacerse de manera muy planeada. El INBA y el FONCA hacen un trabajo muy importante, hay que continuarlo, revisarlo y mejorarlo entrando en contacto con los propios artistas. Quien lleve las riendas debe tener un acercamiento con los propios artistas, porque prácticamente esto no existe. Hay una falta muy grande en cuanto a cómo se representa México en el exterior a nivel cultural, no figuramos los que estamos vivos. Hay una repetición de los programas en otros países. En el FONCA, las prácticas que hacemos algunos artistas ya no encajan en ciertas categorías; hay que sentarse a entender qué se está haciendo, actualizar esos procesos. Tenemos una oportunidad. Se puede proponer un evento internacional de arte de la talla de bienales importantes como Sao Paulo o algo como Documenta o Manifesta, que podría ocurrir en distintas ciudades impulsando la descentralización y generando un circuito nacional rico.

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Foto: Archivo El Universal

Javier García-Galiano, escritor.  Desde luego hay mucho por hacer; entre otras cosas, hace mucha falta la creación de bibliotecas como la que ha creado Francisco Toledo en el Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca, en la que se han formado, frecuentan y se reúnen lectores comunes. Revisar la burocracia para que los principales beneficiarios del presupuesto no resulten los funcionarios; evitar que ciertas pandillas acaparen privilegios y suprimir espectáculos que perpetran no pocos escritores, pintores, músicos, arquitectos, escultores, quizá porque saben que, como creía Silvestre Revueltas“no hay más que dos caminos en el arte; o se hace uno virtuoso o se hace uno payaso”.

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Foto: Archivo El Universal

Georgina Abud, Asociación de Librerías de México (ALMAC).Una petición muy concreta es el cambio de régimen fiscal de las librerías a tasa cero. Las librerías cuentan con una tasa exenta, no cobramos el IVA porque el libro no tiene IVA, eso está perfecto; pero a la hora de hacer nuestras declaraciones todo lo que pagamos de IVA, a través de la luz, la renta, etc. se va directamente a gastos. Y la segunda propuesta es que nosotros, que representamos el último eslabón en la cadena del libro, queremos que todos los programas de apoyo al libro sean a través de nosotros. El simple hecho de invitar a los ciudadanos a visitar las librerías es un fomento a la lectura; las librerías tienen que defenderse como pequeños centros culturales; sugerimos apoyos a través de vales o monederos donde los ciudadanos vayan a la librería a escoger sus libros.

Carlos Amorales, artista. Los procesos sociales que acontecen en nuestro país necesitan creatividad y pensamiento crítico para afrontar problemas que son muy complejos, por lo tanto pienso que este cambio político debe posibilitar la creación de un nuevo paradigma en las artes. Quisiera una política cultural que además de ser incluyente, escuche a los artistas y nos dé agencia para posibilitar nuestra participación en los cambios que queremos.

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Foto: Archivo El Universal

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