El 31 de enero, militares que patrullaban el camino Taixtán-Colomo, en el  municipio michoacano de Tepalcatepec, zona de combates entre el Cártel Jalisco Nueva Generación y Cárteles Unidos de Michoacán, fueron víctimas de un acto inmisericorde: el vehículo en el que viajaban explotó… a causa de una mina terrestre. Una mina sembrada en el camino, aparentemente por sicarios del CJNG, pero los perpetradores también pudieron ser mercenarios de CUM. Nadie confirma.

Cuatro soldados quedaron heridos y el vehículo militar fue destrozado.

Mientras el encono político envenenaba las redes sociales y los medios de comunicación, por las escaramuzas entre el Presidente (y sus fieles) y sus críticos y opositores, los señores de la guerra narca escalaban su  desafío al Estado mexicano.

¿Hasta dónde llegará la monstruosidad,de esa gente, que ha bañado de sangre el país a lo largo de dos décadas?

El año pasado, los michoacanos intuían lo que se venía: miles de ellos ya huían desde entonces. Nada más en Tijuana hay 3 mil  michoacanos desplazados de la violencia, según el gobierno de Baja California.

Por eso redacté, hace siete meses, que lo peor estaba por venir en Michoacán. Teclee que ahí se vivía la segunda llamada de alerta antes de una desgracia mayúscula, de acuerdo a lo que me decían ellos mismos (https://bit.ly/3I1ngrh), pobladores michoacanos.

Nadie escuchó, hasta hace poco. En algún momento reciente hubo personas en el gobierno federal que entendieron que no podían seguir permitiendo que los criminales continuaran apoderándose de más territorios, así que el Presidente les concedió avanzar con cautela para recuperar espacios, aunque ya era muy tarde: cientos de muertos después, los criminales, sí, se replegaron, pero muy envalentonados, osaron convertir el lugar en una gigantesca trampa explosiva.

Doce días más tarde de esa primera mina que afectó a varios soldados, el terrorismo de los criminales se develó más inmisericorde que nunca:  dos campesinos andaban en su troca y… explotaron sobre otra mina antipersonal. Esto ocurrió en la brecha El Callejón, en El Aguaje, en el  municipio de Aguililla. Un hombre de 79 años murió y su hijo, de 45, fue internado con heridas graves por la onda expansiva del artefacto.

De milagro no ha habido más muertos y heridos: mi colega Marco Coronel,  reportero del equipo de Denise Maerker en su noticiero En punto de Televisa  informó este jueves que el Ejército ha identificado, desarticulado y explotado… al menos 250 minas terrestres en tres semanas a lo largo de campos y caminos de Tierra Caliente.

¿Cuántas decenas o cientos de minas más enterraron allá? Da escalofríos pensarlo. El terrorismo del crimen organizado  ya no tiene el menor límite. No sólo ejecuta periodistas y masacra a cualquier ciudadano que ose andar en sus infiernos minados, sino que carece de piedad y mesura.

Basta. Dejemos las estridencias y ocupémonos de salir adelante, porque esta gentuza no tiene humanidad y ya se ha apoderado de demasiadas zonas de silencio…

jp.becerra.acosta.m@gmail.com
 Twitter: @jpbecerraacosta

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