En el sector franquicias la ola de desarrollos exprés debilitan lo que debiera ser la principal clave de éxito en este y todos los modelos de negocios, su reputación. Para el universo de mil marcas que crecen bajo este esquema en nuestro país, es reducido el porcentaje que antepone este gran valor en la venta de sus productos o expansión de su mercado.

Antonio Ocaranza Fernández, suma cuatro años de estar al frente de la consultoría OCA Reputación, su paso por embajadas de México en Norteamérica en momentos de la negociación del TLC, luego en el gobierno de Ernesto Zedillo, también en industrias como Vitro y en el comercio minorista de la multinacional Walmart, le llevó a un fin específico: “día a día construir esa reputación de empresas e instituciones que nos permitan crecer”.

Con reputación, nuestras marcas pueden ser extraordinarias embajadoras de México y apoyarse en sus fortalezas para ser más atractivas y mejor recibidas en otros mercados, consideró el experto en comunicación y asuntos corporativos.

No obstante, admite que las marcas nacionales invierten muy poco en esta construcción de moralidad, estética, fortaleza y relevancia -el clic con la colectividad- estos valores quedan atrás de su mayor interés, la sola venta del producto.

Y en el modelo de franquicia, lo que pudiera ser esa muestra de reputación también hacia el inversionista que tanto anhela y promete acompañar incondicionalmente, se hace añicos, queda a la deriva apenas enfrenta los primeros problemas y desacuerdos. Las firmas que marcan la diferencia en una ecuación lógica, son aquellas que maduran su permanencia en el mercado.

Ocaranza, señala que luego del confinamiento existe un reto para toda empresa, el pensar en grande y ver su misión como algo mayor, pues además insistió que una buena reputación le permitirá crecer, atraer créditos, talento, tener inventiva. Hoy, el consumidor ve y verá la actitud de toda empresa, sin duda.

En esta semana que termina, el profesional de la comunicación corporativa, tituló así una colaboración imperdible al dar lectura al libro “100% marcas mexicanas”: “La contribución de las marcas al poder suave de México”. Explicó que una marca comercial poderosa es un instrumento valioso para la construcción de imágenes más positivas de un país en el mundo. Dijo que en México, gobierno e iniciativa privada, no han podido juntos, encontrar esa fórmula que proyecte y asocie la calidad de las marcas nacionales con la experiencia de país.

Y ojo, las marcas que asumen el rol de promotoras son apreciadas en su país de origen y son motivo de orgullo porque con frecuencia son identificadas con los atributos de una nación. Por eso son consumidas, defendidas y referidas gratuitamente, completó Antonio Ocaranza.

Por ello, una tarea pendiente de México es fortalecer su identidad competitiva y generar sinergia con sus marcas comerciales.

El próximo viernes tema que ponemos en la antesala, ¿qué ha pasado con la expansión de franquicias en Querétaro, se desinfló?

lafranquiciaquebuscas@gmail.com

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