Al integrarme como profesor a la Facultad de Ingeniería de la Universidad Autónoma de Querétaro, en marzo de 1983, se me encomendó impartir diversas asignaturas afines con la formación de posgrado adquirida en la UNAM, en el campo de la mecánica de suelos, y al poco tiempo de ello también recibí el encargo de coordinar la especialidad en mecánica de suelos. Ésta se modificó en 1985 para ofrecer el programa de maestría en ingeniería (mecánica de suelos), con el propósito de implementar de manera formal el enfoque y la actividad de investigación en ese campo del conocimiento.

Para este programa de maestría, se consideró fundamental que los estudiantes que ingresaran tuvieran dedicación de tiempo completo (TC), lo cual gradualmente se fue logrando, algunos de los aspirantes a ingresar al posgrado tenían beca de sus lugares de origen en otros estados de la República, procedentes de universidades e institutos tecnológicos.

En cuanto el posgrado fue reconocido en el entonces Padrón de Excelencia del Conacyt, estuvieron disponibles becas para los aspirantes que cumplieran con los requisitos, los que incluían exámenes de admisión, entre otros.

Otros programas de maestría en ingeniería de ese entonces, ya tenían incorporada la investigación, lo que también acontecía en otras facultades, como la de Química, con su excelente programa de maestría en ciencia y tecnología de alimentos, fundado en 1975.

Actualmente la maestría en geotecnia, en lugar de la denominación “mecánica de suelos”, se agrupa con otros programas con distintas orientaciones de ingeniería y se ofrece como Maestría en Ciencias. Asimismo, se imparte a nivel de doctorado en categoría de “Consolidado” dentro del PNPC del Conacyt.

En 1985, el entonces Jefe de la División de Estudios de Posgrado de la Facultad de Ingeniería (DEPFI-UAQ), Gustavo Perusquía, se trasladó a Suecia para llevar a cabo su doctorado en hidráulica, por lo cual el entonces Director de la Facultad de Ingeniería, Agustín Pacheco Cárdenas y el Rector Lic. Braulio Guerra Malo, acordaron nombrarme Jefe de la División.

Entre otras cosas, la experiencia lograda al realizar mi posgrado en la UNAM, me facilitó implementar medidas reglamentarias en posgrado y la elaboración de las normas complementarias para el posgrado en ingeniería, para elevar la calidad de los programas y mejorar la preparación de los educandos, realizando investigación para generar nuevos conocimientos, además de que el alumno llevara a buen término su tesis y el examen correspondiente (con base en la tesis) para la obtención del grado.

La investigación se orientó a la atención de las necesidades estatales, regionales y del país, sobre problemáticas que frecuentemente coincidían con las de otras naciones.

Entre los errores más serios que se cometen en un programa de posgrado que busca la calidad, está el de aceptar alumnos que no disponen de los conocimientos necesarios o que trabajan de TC y que a la vez se comprometen en un posgrado diseñado para estudiantes de TC. Esta experiencia la observé en la propia DEPFI, cuando algunos coordinadores de programa impulsaban más la cantidad de alumnos que la calidad, los resultados eran frustrantes. (Continuará)

Ex Rector de la UAQ. 
zepeda@uaq.mx 
jalfredozg@yahoo.com.mx

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