“¡Viva la libertad! ¡Viva la justicia! ¡Viva la democracia! ¡Viva la igualdad! ¡Viva la soberanía! ¡Viva la fraternidad universal! ¡Viva el amor al prójimo! ¡Viva la esperanza en el porvenir! ¡VIVA MÉXICO!” fueron algunas de los vivas que el Presidente Andrés Manuel López Obrador anunció en la ceremonia del 15 de septiembre por la Independencia de nuestro país, en donde previo al acto ofreció un minuto de silencio por las víctimas de Covid-19, concluyendo con el encendido de la llama de la esperanza.
Esperanza… sí, bien dicen que esa muere al último, pero como mexicanos ya no sabemos qué pensar, el país ya es el quinto con más muertes por la pandemia en el mundo y el octavo con más casos confirmados, de acuerdo con los últimos datos revelados por la Secretaría de Salud. Si bien, no todo es responsabilidad del Gobierno, tenemos que ser conscientes que AMLO le ha restado importancia a la epidemia y que varias veces ha dicho que ya está bajo control. A pesar del subregistro, los números hablan y México ya es uno de los países donde la pandemia ha causado más estragos, debido en mucho a la incapacidad de su gobierno.
Y con todas estas acciones omisivas solo se puede concluir que ha saboteado las instituciones de salud del Estado mexicano, la falta de realización de pruebas del Covid, la terquedad de aferrarse a un modelo centinela que no tiene certeza ni seguridad en la cantidad de contagios y muertes, la falta de lineamientos administrativos que obliguen y orienten a los ciudadanos a la necesidad del uso de cubrebocas, pero qué podemos esperar, si no se cuida ni él mismo.
El Presidente habla de que la justicia, esperanza e igualdad deben vivir en nuestro país, como ciudadana mexicana quisiera que me dijera dónde podemos encontrar en México esos adjetivos, más allá de un diccionario, cuando acabamos de ver hace una semana cómo hicieron el Paquete Económico 2021, en el cual por supuesto que no se detecta ni justicia, ni esperanza y mucho menos igualdad, solo vemos caprichos, despilfarro en cosas innecesarias y recorte en las cosas realmente importantes, como la educación, seguridad, empleo y, sobre todo, la salud.
¿Dónde queda lo recaudado para el sector salud por la fallida rifa del avión presidencial? Citando a Loret de Mola, “está desesperado y enojado el Presidente porque no le está saliendo nada, no junta las firmas, no junta los boletos, la economía se está cayendo, la pandemia, la inseguridad y encima de todo lo de las mujeres”.
Ahora resulta que el gobierno federal se auto compró boletos para que los hospitales puedan optar a un premio en vez de destinar directamente esa cantidad de dinero al sector de salud. La salud no debería ser cosa de suerte, del azar.
La Rifa de NO avión presidencial es el mejor ejemplo del estilo de este gobierno de la 4T: improvisación, ocurrencias, no planeación, mala ejecución, malos resultados, cero transparencia e información, otros datos, pero seguramente también otras intenciones… o nos van a decir que lo del avión presidencial no fue puro pan y circo, ¿no?