El año que termina nos trajo más sorpresas que ningún otro. La pandemia de la Covid-19 ha dejado a miles de familias en duelo, nuestros hospitales nunca se habían enfrentado a una crisis de salud tan grave y nuestra economía se encogió como hacía mucho no ocurría.

El año que termina nos ha dejado un mal sabor de boca en lo que respecta a la violencia contra las mujeres y nos ha demostrado que nuestras familias no son los remansos de paz que nos han hecho creer sino que son espacios violentos y desiguales donde el trabajo doméstico, el cuidado de enfermos y la crianza siguen siendo adjudicados a las mujeres. El año que termina dejo a más personas en la pobreza, especialmente a mujeres y niños. El año que termina se llevó consigo millones de empleos que tal vez no regresarán y obligó a muchas mujeres a regresar a sus casas. El año que termina marcará un retroceso en el ejercicio de los derechos humanos de las mujeres.

El año que termina nos demostró de manera brutal la desigualdad que prevalece en nuestro país. El encierro que trajo consigo puso de manifiesto que quienes tenían en México aún tienen mucho y quienes no tienen tienen aún menos que cuando esto comenzó.

El año que termina nos demostró que no estamos preparados, en ninguna parte del mundo, para atender una crisis de la magnitud de una pandemia. También puso en evidencia como las diversas formas de atender la pandemia se convirtieron en el experimento más grande jamás realizado por la humanidad.

Pero el año que termina también trajo consigo el esfuerzo de millones de personas para controlar el contagio. Como nunca antes en la historia de la humanidad las calles de las ciudades más grandes del mundo lucieron vacías. Como nunca antes se vio el compromiso de millones de personas que hoy salen a la calle con la cara cubierta para proteger a los demás.

El año que termina nos dejó ver la importancia primordial que tiene la investigación científica para combatir una crisis sanitaria de proporciones antes inimaginables. En tiempo récord se desarrolló no una, sino varias vacunas que protegen con una efectividad de más del 95%. Países como el nuestro ya tienen listos los canales de distribución y en menos de un año desde que se declaró la pandemia se iniciará la campaña de vacunación más ambiciosa: vacunar a 6 mil millones de personas.

El 2020 nos deja una lección importantísima a todos los seres humanos que poblamos el planeta: debemos tener un respeto mayor por la naturaleza, debemos hacer consciencia de nuestro impacto en el único planeta habitado de nuestro sistema solar, debemos voltear a ver a las otras personas, pero sobre todo debemos entender que nuestras acciones tienen consecuencias.

El 2021 traerá nuevos retos, por eso debemos voltear al futuro y sin dejar de entender el presente. Aunque parezca que volteamos al pasado, nuestra visión debe dejar de ser miope para ser una visión 20/20.

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