Un gran número de actos de violencia dirigida hacia mujeres políticas, activistas y funcionarias y que no se denuncia, porque simplemente no tienen consecuencias, ocurre en línea. Un estudio realizado por la Universidad de Princeton en Estados Unidos, concluyó que las políticas de ese país reciben 3.4 veces más agresiones en línea que sus contrapartes hombres.

El acoso continuo puede generar un enorme desgaste y ansiedad a las mujeres de la política, incluso a aquellas que han llegado a la cúspide del poder.

Un caso reciente es el de Jacinda Ardern, Primera Ministra de Nueva Zelanda y objeto de constantes agresiones en línea, quien renunció en enero de este año argumentando que ya no tenía "suficiente combustible en el tanque" para continuar en el cargo.  Una investigación de la Universidad de Auckland, que analizó las publicaciones que se hacían en redes sociales en referencia a la Primera Ministra, descubrió que fue objeto de una cantidad sin precedentes de comentarios negativos y llenos de odio. Los resultados demostraron que Ardern recibió entre 50 y 90 veces más comentarios agresivos, particularmente vulgares, incluyendo amenazas de violencia sexual, que los seis políticos que también fueron objeto del estudio.

De hecho, Angela Merkel, a pesar de ser una de las líderes más poderosas de Europa, fue blanco de constantes ataques sexistas centrados en su apariencia a lo largo de sus años al frente del gobierno Alemán. Un estudio, del Instituto para el Diálogo Estratégico de ese país, encontró que muchas de las publicaciones más compartidas en Facebook durante las campañas políticas, contienen más información falsa, personal y sexista cuando las personas que compiten por los puestos de elección son mujeres.

La primera ministra de Nueva Zelanda no ha dicho si las agresiones y amenazas recibidas fueron un factor decisivo en su renuncia, algo que si ha sido decisivo para otras mujeres, como ocurrió con Edna Medina, alcaldesa de Santa María del Río, en San Luis Potosí, quien renunció tan solo 17 días después de asumir el cargo.

No debe sorprendernos que la prevalencia de la violencia en línea, crea una percepción pública distorsionada que impone grandes obstáculos y mantiene a muchas mujeres fuera de la esfera política, especialmente a quienes son madres y temen por sus familias o sus vidas.

Nuestro país ha incorporado medidas para erradicar la violencia política de género, sin embargo, detener las agresiones en redes sociales, whatsapp y otros medios digitales y dar con los responsables, resultan ser un enorme desafío para las autoridades responsables de prevenir y sancionar el abuso, tanto en línea como fuera de línea.

Denunciar actos de violencia política resulta difícil muchas mujeres, especialmente cuando son en contra de compañeros de trabajo o de partido, pero sobre todo cuando el agresor se escuda, cobardemente, detrás de la protección que la dan el anonimato y una pantalla.

Titular de Aliadas Incidencia 
Estratégica e integrante de la 
Red Nacional de Alertistas. 
Twitter: @mcruzocampo 
FB: maricruz.ocampo

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