Cada día que transcurre en nuestra Zona Metropolitana de Querétaro nos recuerda los muchos pendientes que tenemos en cuanto a desarrollo sostenible, si bien disfrutamos de una ciudad que tiene gran historia, tradiciones, riqueza cultural, servicios y belleza arquitectónica, muchos elementos que coadyuvan a la calidad de vida de quienes tenemos la suerte de vivir en esta urbe, también existen factores adversos.

En quebranto encontramos el deterioro del medio ambiente, el agotamiento de nuestros acuíferos y las consecuencias de una movilidad deficiente relacionada con un transporte público que no satisface los requerimientos de la población, así como vialidades rebasadas en su capacidad con diversas consecuencias a la calidad de vida. A lo expresado, ha de añadirse el rápido crecimiento de nuestra Zona Metropolitana de Querétaro, que no va acompañado de la infraestructura necesaria para dar respuesta adecuada al presente y al futuro que deseamos. En materia de salud, las instituciones públicas también carecen de la infraestructura material y el capital humano suficiente para dar servicios de calidad a la gran mayoría de población que los necesita. Asimismo, la inseguridad es otro de los grandes temas, lo cual representa una problemática muy compleja que rebasa al ámbito local y que difícilmente puede resolverse plenamente por un gobierno municipal o estatal, si bien es cierto que mucho pueden hacer por mejorar las condiciones.

De esta miscelánea de tópicos sobre la Zona Metropolitana de Querétaro, escogeremos el relativo a las vialidades, asunto que no es nuevo en esta sección de opinión, pero que no pierde vigencia por ser padecimiento cotidiano.

El crecimiento mal ejecutado de nuestra Zona Metropolitana de Querétaro, si bien existen planes de desarrollo urbano, se manifiesta en un fenómeno muy evidente, se construye una vialidad y pronto se anidan a sus lados infinidad de nuevos fraccionamientos, edificios, actividades comerciales y escuelas. Asimismo, los asentamientos humanos y las diversas actividades asociadas pronto ponen de manifiesto la carencia de pasos peatonales, la poca capacidad de la vialidad para satisfacer la cantidad creciente de vehículos que circulan por ella, así como el aumento de los tiempos de traslado y los accidentes. Esto ha venido sucediendo en los libramientos que circundan nuestra metrópoli.

Un ejemplo más que puede citarse, de otros que han sido tratados en esta columna, es la carretera 411 a Huimilpan, en el enlace entre los municipios de Corregidora y Huimilpan, con tan sólo un carril de cada lado, ya descargan una gran cantidad de fraccionamientos, lo que avanza velozmente. Los modernos fraccionamientos están descargando directamente su tráfico vehicular a una carretera de escasa capacidad y muy deteriorada, con un carril en cada sentido. Posiblemente en un futuro dicha carretera se amplíe y pase a ser de dos carriles en cada sentido. La mejora de la capacidad de lo que se transformaría de una carretera a una vialidad urbana de la metrópoli, debería llevarse a cabo antes de la aprobación de los desarrollos inmobiliarios interesados, de acuerdo con los planes de desarrollo municipal y lo que pronto tendría que ser un plan de desarrollo urbano para la Zona Metropolitana de Querétaro. La ampliación e infraestructura necesaria debería ser pagada por los desarrolladores.

La existencia de un sistema de transporte público moderno, económico y eficiente brindaría un enorme beneficio, disminuiría el uso del vehículo particular y daría mayor vida a la infraestructura vial existente, así como a la futura.

Para mejorar la calidad de vida de la población de la Zona Metropolitana de Querétaro, una de las acciones necesarias consiste en lograr una movilidad urbana eficiente a través de la mejora del sistema de transporte público, más y mejores vialidades e infraestructura para el peatón y los modos de transporte no motorizado.

Ex Rector de la UAQ

zepeda@uaq.mx

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