Cuando viajamos al extranjero, los estereotipos “están de a peso” como diríamos los mexicanos. Esta ocasión les escribo desde Medellín, capital de la montañosa provincia de Antioquia en Colombia, o bien llamada, “ciudad de la eterna primavera” por su clima templado durante el año. Es agradable conversar con los lugareños, pues de esta manera te das cuenta de los estereotipos que se tienen sobre las personas, países, gastronomía y lugares. Ayer platicando con el conductor de un taxi de aplicación compartía que no sube a su vehículo a todo tipo de turistas, pues según su percepción, los paseantes provenientes de algunas partes de Europa tienen un olor extraño, sobre todo de Francia y España, ya que piensa que en esas zonas es tan costosa el agua, que no la usan, y por consiguiente siguen sus propias costumbres, además de que afirma que no por nada son fabricantes de los mejores perfumes. De la misma manera comentó sobre los turistas alemanes, pero en este rubro indicó  que tienen un olor como a algo que estuvo guardado por mucho tiempo. Cabe decir que el año pasado, Colombia rompió récord de visitas con 1 millón 400 mil turistas, tan sólo en Bogotá  y Medellín. Los viajantes provienen de Estados Unidos, México, Venezuela, Alemania, Ecuador y Perú. El conductor, que también fue nuestro guía en la Comuna 13, dice que los turistas vienen con la idea de que encontrarán  venta de droga por doquier, además de balaceras y persecuciones como en las afamadas series que se ven en las distintas plataformas de streaming, un estereotipo que en algún momento fue realidad por los conflictos armados que lastimosamente dejaron mal la imagen del país a nivel internacional.

He de decir que los mexicanos en apariencia podríamos confundirnos entre los colombianos; sin embargo, nos delata el acento al hablar, el uso y el significado distinto de algunas palabras, incluso, al enterarse de que la visita es proveniente de México, de cierta manera se sienten identificados por aquel estereotipo sobre el narcotrafico y la violencia que se vive en nuestro país, imagínense, en este caso, “oler raro es lo de menos”. También hay que decir que Medellín es famosa por su Feria de las Flores que se realiza anualmente, el moderno metrocable que conecta la ciudad con los barrios circundantes, la Plaza de Botero con las esculturas en el centro, la Plaza Cisneros con sus 300 luminarias, el Museo de Antioquia, su Pueblito Paisa y por qué no, Comuna 13 y su contraste con las escaleras eléctricas en medio del barrio. No, no todos mueven las caderas como Shakira, no, no hay persecuciones ni balaceras, los narcos como los de las series, no se ven por las calles, ni mucho menos te ofrecen droga de la nada. El pueblo famoso “Macondo” de Gabriel García Márquez no existe, es ficticio, es cualquier lugar de Colombia en donde lo imposible y lo absurdo puede suceder. Pablo Escobar es cosa del pasado, sí, no lo niegan, marcó una época difícil en el país, pero ahora es más afamado el personaje creado para las series. Ni Betty la fea ni Sofía Vergara, las mujeres colombianas no son como las han pintado en el exterior.

Viajar te hace desvanecer todas esas ideas creadas en la mente, abrirte y disfrutar de la cultura, el idioma, la gastronomía y la calidez de la gente en cada lugar. Colombia está lleno de contrastes, lo bonito es permitirte saborearlo, como un delicioso mango biche, una pitaya amarilla, un jugo de lulo, un borojó, o poco a poco como un buen racimo de uchuvas. ¿Se nota que me encantan las frutas?

*Periodista y conductora
Premio Internacional de
 Periodismo Turístico 2022 
Otorgado por la OMPT 
Twitter @NatividadSanche
Facebook.com/NatividadSánchezB

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