La vocación por el servicio público conlleva una serie de responsabilidades que, por culpa de quienes hicieron de la actividad política un mero medio de enriquecimiento, se vieron opacadas por el lado negativo que se volvió marca y estigma de quienes detentaron el poder político en nuestro país durante décadas.

Entre esas responsabilidades, una de las más importantes y significativas es y siempre debió ser, la obligada transparencia en el actuar cotidiano del funcionario o actor político que, entendiendo la trascendencia de su labor como representante o servidor de un sector de la sociedad,  reconociera que se debe a la ciudadanía de la que emerge, para informar de su actividad pública de forma honesta y clara.

Seguro de ello y en total congruencia con los valores que he defendido desde que decidí emprender mi carrera política, me honra anunciar a mis lectoras y lectores, y a la ciudadanía queretana, que el próximo sábado 5 de diciembre, en apego a las reglas y calendario que mi partido, Morena, ha definido para tal efecto, me inscribiré como precandidato a la gubernatura de nuestro querido estado.

Lo hago convencido de que Querétaro merece mucho más de lo que los políticos que lo han gobernado han sabido, han podido o han querido darle. Lo hago consciente de que significa, en principio, voltear a ver a las más de 700 mil personas que hoy viven en la pobreza y de las que se han olvidado los gobernantes locales, prefiriendo presumir las cifras alegres que les convienen.

Lo hago orgulloso de ser queretano, de compartir mi amor por el estado con millones de personas que día a día luchan para hacerlo crecer y mejorar el nivel de vida de sus familias, pero que de una u otra forma se han topado con obstáculos que no deberían tener porque la riqueza de nuestra tierra y de nuestra gente, es suficiente para hacer que Querétaro retorne a ser el gran estado protagonista de la transformación integral de México que históricamente  ha sido.

Estoy seguro de que es el momento idóneo para que Querétaro se sume a la ola transformadora que hace dos años arrancó en todo el país y que hoy nadie detiene, impulsada por la visión del presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador y cimentada en las mexicanas y mexicanos que en 2018 gritamos “¡basta!” a años de desigualdad, de abusos y de un modelo que favorecía a unos cuantos, a costa de la salud, economía y bienestar de muchos más.

Y esa certeza de que es el momento ideal, me la otorga el convivir continuamente con la gente, con las mujeres y los hombres de Querétaro y verlos sumarse al llamado de unidad que hemos hecho, replicando al propio llamado que nos han hecho desde la dirigencia nacional de Morena, para integrar a todos en este proyecto de cambio histórico y lograr que la transformación llegue a cada uno de los municipios y rincones del estado, como lo hace ya en otras entidades.

Con plena confianza en la unidad que me han demostrado y el apoyo que me han compartido, me propongo a dar este paso y enfrentar este reto que no es difícil, ni será pesado, teniendo a la gente a mi lado y sabiendo que todos caminamos en la misma dirección, para alcanzar metas que nos son comunes y que, una vez logradas, cambiarán para siempre el destino de Querétaro y representarán un mejor futuro para nuestras hijas e hijos.

Sin ninguna duda, y con la compañía de ustedes, ¡va por Querétaro!

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