El Instituto de Políticas para el Transporte y el Desarrollo (ITDP, por sus siglas en inglés), ha calculado que en México se pasó de 106 millones de Kilómetros- Vehículo Recorridos (KVR) en 1990 a 339 millones KVR en 2010. Esto significa un aumento de la intensidad de uso del automóvil particular en el país de más de tres veces en tan sólo dos décadas.

Dicho instituto ha catalogado esto de “alarmante”, pues significa que en nuestro país se avanza hacia patrones no sostenibles del uso del automóvil, similares a los de Estados Unidos.

Este desenfrenado crecimiento en la circulación de vehículos carburados particulares (muchos de los cuales son empleados para transportar solamente a una persona), está poniendo en riesgo a muchas ciudades mexicanas y, por consecuencia, a sus ciudadanos, entre las cuales y los cuales se encuentran Querétaro capital y sus ciudadanos.

En el estudio denominado “La importancia de reducción del uso del automóvil en México”, del investigador Salvador Medina Ramírez, publicado en octubre de 2012, se advierte que este irrefrenable uso del auto ha colocado en riesgo la viabilidad de las ciudades mexicanas, tanto ecológica como económica y socialmente.

Esto es porque en las ciudades, los autos particulares son generadores del 95 por ciento de las emisiones de Monóxido de Carbono –uno de los principales contaminantes de la atmósfera-, las pérdidas por congestión vial en México se estima que ascienden a 200 mil millones de pesos anuales y porque la Organización Mundial de la Salud calcula que solamente en el año 2008, fallecieron 14 mil 734 personas, por padecimientos relacionados con la mala calidad del aire, entre otros argumentos.

A pesar de estos alarmantes datos y cifras, la gran mayoría de los gobiernos mexicanos –sea de carácter federal, estatal o municipal- en lugar de implementar políticas públicas que desalienten el uso del automóvil, hacen todo lo contrario.

Y si no, recapitulemos: se “presumen” como obras públicas principales, la construcción de avenidas, boulevares y autopistas urbanas; el apoyo a los usuarios de los vehículos mediante el subsidio a las gasolinas o la eliminación del pago del impuesto por Tenencia de Automóviles.

Se fomenta y hasta se arman falsos debates públicos, en pro de la gratuidad del estacionamiento en plazas públicas y centros comerciales, en una supuesta defensa del fomento al comercio establecido y, por ende, se rechaza el funcionamiento de parquímetros, por considerar (de manera simplista y sin conocimiento real) que se daña la economía. 

Debe de cambiar el paradigma del desarrollo de nuestras ciudades. Es urgente que en lugar de fomentar políticas públicas centradas en el uso del automóvil, adoptemos aquellas que reduzcan el uso de este vehículo e incrementen, en contraparte, opciones de movilidad no motorizadas como caminar o usar la bicicleta.

Este panorama lo tenemos muy claro en el gobierno municipal que me honro en presidir. Por la grave situación que enfrentan la Ciudad de México, Guadalajara, Monterrey o Jalapa, por citar las más conflictivas, y porque no queremos que Querétaro se enfrente a condiciones similares, es que hemos decidido cambiar.

Por eso apostamos por implementar políticas públicas, que desalienten el uso del vehículo particular en beneficio de la mayoría de la población que vive en la ciudad de Querétaro.

El uso de parquímetros en el Centro Histórico, la implementación del sistema de bicicletas compartidas y la construcción de ciclovías, es el primer paso para la consolidación de una ciudad viable, amigable, limpia y sustentable como merecemos todos los habitantes de Querétaro.

Google News