Es sorprendente escuchar la frase en estos tiempos, a pesar de la lucha por la igualdad de genero y las batallas incansables por exigir el cumplimiento de nuestros derechos. Es como una mancha que nos persigue,  pues no es sólo por los peligros a los que se enfrenta una mujer en el día a día, sino por ser consideradas aún por algún sector como “débiles”. Cuando se habla de viajeros, exploradores o trotamundos,  regularmente se piensa en hombres, sin embargo, la historia reza que existen mujeres que se atrevieron a realizar trayectos largos. Ya sea por vocación religiosa, por una apuesta, para replicar viajes literarios o por diversión, se aventuraron solas, en épocas en las que no era común que una fémina se dedicara a recorrer el mundo. En bicicleta, en barco, a pie y en peregrinación, así recordamos a las pioneras, en vísperas del 8 de marzo “Día Internacional de la Mujer”.

Egeria, la viajera religiosa. Una de las primeras de la historia. Se sabe por su libro, “Itinerarium ad Loca Sancta”, que entre el año 381 y 382 d.C peregrinó para conocer tierra santa. En su trayecto atravesó el sur de Galia (hoy Francia), el norte de Italia, cruzó el Adriático, llegó a Constantinopla, visitó Jerusalem, Palestina, Egipto, Siria, la Mesopotamia, Asia Menor y volvió a Constantinopla.

Isabelle Eberhardt, “la viajera libre”, tuvo que vestirse como hombre para aprovechar los derechos que eso le otorgaba.  Se hacía llamar Si Mahmoud Essadi. Comenzó sus travesías luego de que su medio hermano se unió a la legión extranjera francesa y se fue a Algeria: lo que la animó a aprender árabe. Dedicó el resto de su vida a viajar por todo Africa y luego por el mundo, despues de que sus familiares fallecieron.

Annie Londonderry, la viajera ciclista. Su historia es una apuesta, pues en un club de Boston la desafiaron a dar la vuelta al mundo en bicicleta en quince meses. El 28 de julio de 1894, cientos de personas en las calles de Nueva York le dieron la despedida.

Amelia Earhart, la aviadora. Fue la decimosexta mujer en recibir la licencia internacional de piloto en 1923, y en 1928  la primera mujer en cruzar el Atlántico. En 1934 cruzó el Pacífico, de Hawái a California, y en 1935 comenzó a planear su vuelta al mundo por el ecuador. Partió junto con Fred Noonan, el 21 de mayo de 1937. Después de pasar por el Caribe, el norte de Sudamérica, África y el Sudeste Asiático, llegaron a Papúa Nueva Guinea. Despegaron el 2 de julio a isla Howland, pero después de sobrevolar las Islas Nukumanu, el avión desapareció. A la fecha sigue siendo uno de los misterios más grandes en la historia de la aviación.

Nellie Bly, la viajera periodista. En 1888, le propuso a su editor que la mandara a dar la vuelta al mundo. Su objetivo era replicar el recorrido de Phileas Fogg, el protagonista del libro “La vuelta al mundo en ochenta días” de Julio Verne, y hacerlo en menos tiempo. La respuesta fue tan desafiante que lo logró. “En primer lugar eres mujer y necesitarías un guardaespaldas; solo un hombre podría hacerlo”, palabras de su jefe.

No hace falta decir que somos mas que una fecha especial, pero es importante hacer notar a las precursoras, para quienes se les olvida que, “si alguién pudo hacerlo significa que yo también, y si nadie pudo, debo ser la primera”.


*Periodista y conductora
Premio Nacional de Locución otorgado por la ANLM
Twitter @NatividadSanche
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