De manera increíble, el anti-México le volvió a apostar que la reciente cumbre trilateral, México, Estados Unidos y Canadá fuera un fracaso total para México y un éxito para nuestros vecinos del norte.

La primera cosa que desquició a la oposición irracional con la que contamos en México, es que los presidentes de Estados Unidos y de Canadá, aterrizaran en el nuevo aeropuerto Felipe Ángeles. Hasta eso les molestó. Por ejemplo, la periodista Dolía Estévez escribió, el 4 de enero, el siguiente tweet: “Con base en los datos duros que he publicado en este espacio sobre la inferioridad y los riesgos del Aeropuerto Felipe Ángeles, mi conclusión es que Air Force One no aterrizará en ese aeropuerto. Según pude saber, nunca fue opción para el Servicio Secreto, responsable del AF1” quedando en ridículo con sus supuestos “datos duros” y con la supuesta “inferioridad” (no dice con respecto a qué) y “riesgos” del aeropuerto Felipe Ángeles.

Lo mismo pasó con Joaquín López Dóriga, el que públicamente declaró: “este martes reiteré que no, que el Air Force One no aterrizaría en el aeropuerto Felipe Ángeles y el martes por la noche la Casa Blanca lo confirmó, aterrizará a donde siempre llega, al hangar presidencial… todo confirma lo que le había adelantado”. Y pues la realidad lo volvió a desmentir, por lo que, como mínimo, debería pedir disculpas por andar propalando medias verdades o falsedades.

Pero, creo que, lo que más desquició a la oposición mexicana es ver la altura de miras del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, quien frente a una relación tan asimétrica, como lo es nuestra relación con Estados Unidos y con Canadá, no exhibió la actitud lacayuna y servil a la que nos tenían tan acostumbrados los presidentes del período neoliberal, a los que sólo les faltaba hacer genuflexiones y agacharse a besar los zapatos de presidentes extranjeros mientras decían “sí, sí señor, lo que usted mande, estamos para servirlos”.

Pero no, esta no fue la actitud de nuestro presidente. Se comportó de manera digna defendiendo los intereses de México frente a sus pares norteamericanos. Y no es para menos, pues de acuerdo al último sondeo de Morning Consult (del 4 al 10 de enero de 2023), el 65 por ciento de las y los mexicanos aprobamos a López Obrador, casi las dos terceras partes de los ciudadanos. Mientras que la popularidad de Joe Biden anda apenas por el 42 por ciento, con un 51 por ciento que desaprueba su gestión y mientras Justin Trudeau tiene una aprobación del 40 por ciento mientras un 53 por ciento desaprueba su gestión. Así que en términos de legitimidad democrática, la relación también es asimétrica, pero a favor de AMLO.

Académico de la UAQ. anbapu05@yahoo.com.mx

Google News