Hay semanas completas llenas de noticias que en conjunto llegan a ser un tsunami de información, que inunda con su fuerza destructora nuestra mente y sacude hasta nuestra capacidad de asombro, ante aquello que sucede más cotidianamente de lo que pudiéramos suponer.

Ocurre que antaño nos preocupábamos tan sólo por lo que podría ocurrir en la escuela, el barrio, la colonia, la cuadra, el trabajo, etcétera. En verdad, además de estar en el contexto de nuestro entorno inmediato, ocurrían menos eventos noticiosos y nos enterábamos poco a poco, de tal modo que podíamos dedicarle análisis a las notas para formar un criterio más sólido para opinar al respecto.

Hoy día, ni siquiera tenemos oportunidad de valorar adecuadamente alguna nota. De pronto, nos enteramos de otras en secuencia y, sin más, la nueva se convierte en noticia vieja, sin dejar de impactarnos. Así pasamos de país a país, de un gobierno a otro, de una tragedia a otras más.

Pareciera que la globalización en este mundo nos ha colocado sobre un caudaloso y contaminado río de información que nos arrastra a su antojo.

Pero lo más preocupante es que va minando las condiciones de sana convivencia, porque las reacciones son muy distintas a esa tranquilidad que se respiraba en una ciudad como la nuestra.

Por eso, me ilusiona pensar que podríamos disfrutar de alguna infusión, dada la globalización, traída desde el otro lado del mundo para ofrecernos la oportunidad de sentirnos verdaderamente relajados, aunque sea por algunos momentos que resulten suficientes para enfrentar cada amanecer con más bríos en este Querétaro nuevo que deseamos conservar.

Google News