Qué mejor que hacerlo a través de tu día a día, todos pensamos que es el médico quien nos cura, o la medicina, si te diera las estadísticas exactas de cuántas medicinas curan, te sorprenderías, porque en realidad muchos de los medicamentos que tomamos nos reducen o quitan los síntomas, incluso combaten el problema, pero la gran mayoría no eliminan la causa u origen del dolor, o de los síntomas, y casi todos los medicamentos, sin exagerar, además de quitarnos los síntomas, afectan parte de nuestro cuerpo que no son visibles, que en un futuro pueden ser causa incluso de enfermedades.

Con esto no implico que no te tomes el medicamento cuando lo necesitas, porque en verdad que ayudan a mitigar muchos problemas, pero sí te sugiero que lo que haces todos los días a todas horas: pensar, reírte, dormir, despertar, caminar, sentarte, pararte, pensar, llorar, brincar, afectan o benefician; debes  buscar hábitos que  pienses que son saludables, cada segundo de tu vida es cuando le das la posibilidad a tu cuerpo de prevenir el origen de la mayoría de enfermedades o vs cada segundo estás implicando ser un terreno predispuesto para todos los bichos que están en busca de un medio de supervivencia, o para todas las lecciones que después te pueden paralizar.

Es por ello que te implico que tú eres tu mejor médico, que no es difícil hacer tu vida fácil y gozosa, que simplemente debes  entender un poco el cómo funciona tu cuerpo y tu neurología, para que éstos le den las señales a cada parte de tu ser de evitar y prevenir, de estar, verte y sentirte como siempre lo has deseado, pero si no empiezas por lo que haces todos los días y crees que una pastilla te va a quitar tus problemas, es muy pero muy probable que no aciertes.

Es tan visible, táctil, audible, que te vas a sorprender; en algunas colaboraciones anteriores te he mencionado que estoy estudiando una Maestría en Medicina del sueño, y siempre que adquiero un nuevo camino al conocimiento me regresa a que lo básico es donde está el origen, es donde está realmente la fórmula: empecemos por ver la luz y la oscuridad; sí, cuando anochece nuestro sistema neurológico comienza a generar bioquímicos naturales para apagar unos cuantos circuitos, entre otros, el sistema locomotor; todo lo que tiene que ver con el movimiento, y esto lo hace para podernos recuperar y, cuando salga la luz, prenderlo otra vez, de esta manera llega a un balance perfecto entre el descanso y la actividad, lo mismo pasa en cada una de las funciones de nuestro cuerpo: por ejemplo, nuestro corazón, cada vez que inhalas, los pulmones le dan un abrazo y lo contienen, y de esta manera se recupera para que en cada exhalación tu corazón tenga la suficiente fuerza de irrigar a cada minúscula célula, átomo, sustancias, hormonas, neurotransmisores, y a cada integrante que te hace quien eres, los nutrientes y oxigeno que necesitan para estar en marcha en el día y poder descansar en la noche. No hay un solo sistema que no tenga sus tiempos de recuperación.

Por tanto, el resumen de hoy, es que el ser humano funciona a través de apagar y prender switches como un dimmer, mientras a unos se les baja la luz a otros les aumenta. Toda esta semana hazle caso a la luz  y oscuridad, y piensa en qué momento te estás recuperando para volver a arrancar, y lo mismo con tus pensamientos, con tus acciones.  Y que tengas una feliz semana llena de y’u®, que significa raíz y origen, en las cosas más simples están las respuestas.

Creadora del método y’u® y autora del libro y metodología KidPilates®

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