Con suma tristeza y desesperación hemos podido observar cómo en este gobierno federal nuestras Fuerzas Armadas —Defensa y Marina— que en el pasado eran un orgullo para todos los mexicanos y con las que estábamos profundamente agradecidos por acciones como la implementación del Plan DN III y el Plan Marina ante desastres naturales y también destacadamente por su combate al crimen organizado, hoy son utilizadas para un sinfín de tareas para las cuales no fueron ni formadas ni capacitadas, tareas que si bien son loables y necesarias debieron y deben ser desarrolladas por otras dependencias.

Desgraciadamente las Fuerzas Armadas también han sido obligadas a comportarse como floreros, es decir a no hacer nada ante hechos que han resultado —y siguen resultando— sumamente dañinos para con prácticamente todo el país.

La información que hoy tenemos gracias a las denominadas “Guacamaya Leaks” así nos lo confirma. Dolorosamente hoy sabemos que la Secretaría de la Defensa —asumo que Presidencia también— y gracias a sus invaluables labores de inteligencia conocía y conoce de la actividad criminal en todo el país, conocía y conoce de las ligas entre criminales y autoridades corruptas, y simplemente: ¡NO PASA NADA!

Los criminales y las autoridades corruptas siguen haciendo de la suyas. Marinos y soldados son obligados a no hacer nada, es decir son obligados a fungir como floreros. Función que la gloria y el prestigio labrado por años y años por miles de marinos y soldados que hasta la vida llegaron a entregar, no puede tolerar. Personalmente me duele y mucho verlos así: como floreros.

Fuente de los Deseos: Ojalá los altos mandos en las Secretarías de Defensa y Marina exijan el que se les permita cumplir con su deber. Ojalá reflexionen y se den cuenta de que su lealtad debe ser para con la Nación tal y como había venido sucediendo y que no son “peleles del presidente” aunque este sea su Comandante Supremo, ojalá recuerden que por encima del mando presidencial está el pueblo de México.

Exsenador

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