Hoy en día, la industria textil utiliza colorantes muy eficientes que son cada vez más resistentes al sudor, la luz o los detergentes. Esto ha generado que el tratamiento de las aguas residuales sea complicado, sobre todo cuando se utilizan microorganismos como en los procesos biológicos.

Los primeros colorantes sintéticos se produjeron en el siglo XIX, de manera que las bacterias utilizadas para degradar los efluentes de la industria textil han tenido relativamente poco tiempo para adaptarse y poder degradarlos. Hoy en día, se aplican métodos de tratamiento como los fisicoquímicos, químicos y biológicos sin mucho éxito. A continuación explicamos las causas del problema.

Los procesos fisicoquímicos utilizan compuestos llamados coagulantes para remover la contaminación y se forman sedimentos donde quedan atrapados. Esto significa que los colorantes sólo son transferidos de la parte líquida hacia los sedimentos y como contienen toda la contaminación, necesitan ser tratados, lo cual resulta difícil y muchas veces se envían a confinamiento.

Por otro lado, existen los procesos químicos, los cuales oxidan los colorantes presentes en el agua residual. El problema es que son caros y al llevar a cabo la oxidación total de los colorantes se generan subproductos que pueden resultar más tóxicos que las aguas residuales originales.

Finalmente, se encuentran los procesos biológicos que utilizan bacterias aerobias y anaerobias. Los procesos anaerobios transforman los colorantes a otros compuestos llamados aminas que presentan una alta toxicidad. En los procesos aerobios, por otro lado, frecuentemente los colorantes sólo son adsorbidos, sin llegar a degradarse y se quedan retenidos en la biomasa, como en el caso de los procesos fisicoquímicos. Esta biomasa generada es de difícil tratamiento. Sin embargo, se puede acoplar a los procesos anaerobios con los aerobios, pues estos últimos pueden degradar las aminas formadas en el proceso anaerobio. La limitante es que la velocidad del proceso es baja (días), lo que resulta en una planta de tamaño grande.

Ante esta problemática, en la Unidad Académica Juriquilla del Instituto de Ingeniería de la UNAM, hemos desarrollado un proceso eficaz que lleva a cabo el tratamiento de las aguas residuales textiles que contienen colorantes sin los inconvenientes anteriores. La idea se basa en utilizar la luz solar como catalizador y reactivos químicos para transformar, en una primera etapa, los colorantes presentes en el agua. En esta etapa no se degradan los colorantes totalmente, como tradicionalmente se hace, sino que se transforman parcialmente para formar aminas a una alta velocidad (minutos). En una segunda etapa, a través de un proceso biológico, se asegura que la toxicidad disminuya pues se degradan las aminas. Acoplando los dos procesos se pueden tratar adecuadamente y de manera rápida, (plantas de tamaño reducido), los colorantes presentes en las aguas residuales textiles.

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